viernes, 1 de febrero de 2013

Entre matrimonios homosexuales y elecciones. ¿Puede el Papa fiarse de Andrea Riccardi? - Sandro Magister

Entre matrimonios homosexuales y elecciones ¿Puede el Papa fiarse de Andrea Riccardi?
Sandro Magister


El fundador de la Comunidad de San Egidio se agita en el centro de la escena política italiana, con la aparente bendición de Benedicto XVI. Pero la representación tiene sus maquinaciones incómodas. Helas aquí desveladas 


ROMA, 10 de enero de 2013 - Cada vez que Benedicto XVI habla contra los matrimonios homosexuales, recibe puntualmente un aluvión de críticas. Pero la última vez que lo hizo, en el discurso anual a la curia antes de Navidad, no fue así. Todos callaron.

Escudo del Papa fue el gran rabino de Francia, Gilles Bernheim, citado por él como apoyo a sus propias tesis. Y ninguno de los columnistas contrarios ha tenido el valor de tener en el punto de mira, además de al jefe de la Iglesia católica, a un luminar del hebraísmo europeo.

Efectivamente, el caso francés está creando escuela más allá de sus fronteras en la batalla en pro y en contra de lo que la Iglesia define "principios no negociables", y de los cuales el matrimonio entre hombre y mujer es piedra angular.

Contra la voluntad de la presidencia Hollande de legalizar el matrimonio entre homosexuales ha reaccionado con fuerza no sólo la Iglesia católica, guiada por el arzobispo de París, sino también un grupo de prestigiosos exponentes de otras religiones y del mundo laico, entre los cuales la filósofa feminista Sylviane Agacinski, mujer del ex primer ministro socialista (y protestante) Lionel Jospin y, precisamente, el gran rabino Bernheim, con un documento de 25 páginas en las cuales rechaza, uno a uno, los argumentos que apoyan los matrimonios homosexuales y la adopción por parte de parejas del mismo sexo.

Al citar el tratado de Bernheim, Benedicto XVI lo ha definido "cuidadosamente documentado y profundamente conmovedor". Y con esto lo ha sacado de su contexto francés, ofreciéndolo a la atención de todo el mundo.

En Italia, la invitación del Papa ha sido acogida inmediatamente por el intelectual no creyente Ernesto Galli della Loggia el cual, en el "Corriere della Sera" del 30 de diciembre, no sólo ha reproducido con plétora de citaciones los argumentos del gran rabino demostrando su consonancia con Benedicto XVI, sino que ha manifestado que los comparte plenamente y deseando que, por fin, se pueda debatir sobre ellos sin someterse al imperante conformismo en favor del matrimonio homosexual.

Galli della Loggia es un intelectual laico que es leído siempre con atención en el Vaticano. Su esposa, la historiadora Lucetta Scaraffia, escribe con regularidad en "L'Osservatore Romano" y está muy unida a su director, Giovanni Maria Vian. De hecho, el periódico de la Santa Sede ha evidenciado este cambio del "Corriere" como si fuera la simbólica caída de un muro.

Galli della Loggia no es el primero, ni el único, entre los intelectuales  laicos italianos que se ha desvinculado del coro de acusaciones contra la Iglesia "oscurantista".

Después de él, el 2 de enero, de nuevo en el "Corriere della Sera", también una conocida psicoanalista, Silvia Vegetti Finzi, se ha posicionado contra la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo.

Y antes de él, se pronunciaron los "marxistas ratzingerianos": el filósofo Pietro Barcellona, el teórico del obrerismo Mario Tronti, el científico de la política Giuseppe Vacca y el sociólogo Paolo Sorbi, todos ellos pertenecientes al Partido Democrático, anteriormente al Partido Comunista y, ahora, convertidos a la "visión antropológica" del Papa Joseph Ratzinger en defensa de la vida "desde la concepción a la muerte natural" y del matrimonio entre hombre y mujer. Su última reunión tuvo lugar en diciembre en la sede de la "Civiltà Cattolica", la revista de los jesuitas de Roma publicada con el imprimátur de la secretaria de Estado.

Pero en el Vaticano temen que el PD, al que pertenecen los cuatros y que posiblemente será el vencedor en las elecciones políticas del próximo 24 de febrero, no tenga en cuenta para nada sus posiciones y, más bien al contrario, emita leyes hostiles.

Tampoco una futura presidencia de Mario Monti tranquiliza a las jerarquías. Su programa no menciona para nada los principios "no negociables".

Como tampoco da garantías a la Iglesia el apoyo a Monti por parte de Andrea Riccardi, el fundador de la Comunidad de San Egidio, un católico que se hace pasar por representante exclusivo de las jerarquías, pero que en el pasado siempre ha estado inmóvil y mudo cuando se batallaba sobre estos principios.


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Sobre el discurso de Benedicto a la curia vaticana del 21 de diciembre de 2012 y sobre su sintonía con el gran rabino de Francia, Gilles Bernheim:

> El Papa y el rabino contra la filosofía de "género"


El texto íntegro del documento de Bernheim citado por el Papa:

> Mariage homosexuel, homoparentalité et adoption. Ce que l'on oublie souvent de dire


El gran rabino de Francia volvió sobre el argumento en una amplia entrevista concedida al periódico católico "La Croix":

> Gilles Bernheim: "Nous avons perdu la compréhension de ce qu'est le sens moral"


Entrevista ampliada con un perfil biográfico y bibliográfico:

> Gilles Bernheim, un grand rabbin philosophe


Y ésta es la parte de la entrevista de "La Croix" a Bernheim publicada por "L'Osservatore Romano" del 6 de enero de 2013:

> Il gran rabbino di Francia: "Abbiamo perso la comprensione del senso morale"

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El artículo en el "Corriere della Sera" del 30 de diciembre de 2012 en el cual Ernesto Galli della Loggia ha resumido y hecho propias las críticas del gran rabino Bernheim a los matrimonios homosexuales:

> Quando le religioni sfidano il conformismo gay


El artículo en el "Corriere della Sera" del 2 de enero de 2013, en el cual también la psicoanalista Silvia Vegetti Finzi ha tomado posición contra la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo:

> Ai bambini servono entrambe le figure


Informando sobre este último artículo, "L'Osservatore Romano" ha comentado:

"El artículo es especialmente interesante porque marca el ingreso de los psicoanalistas italianos en un debate abandonado durante demasiado tiempo. No pasa lo mismo en Francia, donde muchos de ellos, empezando por el célebre psicoanalista Claude Halmos, uno de los máximos expertos reconocidos de psicología de la edad infantil, se han dicho contrarios al matrimonio homosexual".

Pero hay que señalar también el artículo de signo diametralmente opuesto - en perfecto "conformismo gay", según Galli della Loggia - firmado por el católico Alberto Melloni en el "Corriere della Sera" del 16 de diciembre de 2012, que no solamente es hostil, sino también irrisorio, a las críticas de Benedicto XVI sobre los matrimonios homosexuales, degradadas a nivel de instrumento de cálculo político en vista de las elecciones de 2013 en Italia, Alemania y Austria:

> Il messaggio del papa per il 2013 e l'insidia dei matrimoni gay

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Sobre los "marxistas ratzingerianos" y su sintonía con la visión antropológica de Benedicto XVI:

> De Marx a Ratzinger. El manifiesto del giro

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Respecto a Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio, ministro de cooperación internacional y promotor muy activo de la operación política cuyo objetivo es la vuelta al cargo del actual presidente del gobierno Mario Monti después de las próximas elecciones, es indudable que diariamente saca provecho de una aparente investidura por parte de las máximas autoridades de la Iglesia, empezando por el Papa.

Pero en realidad la desconfianza hacia él, incluso la aversión, es palpable a distintos niveles de la jerarquía, si bien no es públicamente demostrada.

Los vértices de la conferencia episcopal italiana, desde Camillo Ruini a Angelo Bagnasco, no olvidan que en el pasado Riccardi no ha dedicado jamás ni palabras ni hechos en favor de las batallas de la Iglesia sobre los principios "no negociables", ni siquiera en momentos cruciales como los referéndums de 2005 sobre la procreación artificial, o la muerte por eutanasia infligida a Eluana Englaro.

En segundo lugar, los que conocen de cerca la Comunidad de San Egidio saben que hay un ámbito, el de la familia, en el cual sus estándares no son, en modo alguno, impecables.

Hace algunos años causó sensación la petición que envió un miembro perteneciente a la comunidad desde hacía 25 años al tribunal diocesano de Roma, en la que solicitaba el reconocimiento de nulidad del propio matrimonio, y cuya esposa pertenecía también a la comunidad.

A la petición de nulidad adjuntó un memorial en el cual mostraba no sólo porqué se había casado "por constricción", sino también cómo su matrimonio forzado era parte de una más general "práctica en uso en la comunidad de prometerse con compañeros indicados por los propios padres y madres espirituales".

El memorial se publicó en este servicio de www.chiesa:

> Venticinque anni nella Comunità di Sant'Egidio. Un memoriale


El tribunal diocesano de Roma acogió la petición y en su sentencia definitiva del 13 de diciembre de 2006 declaró nulo ese matrimonio.

Entre los miembros de la Comunidad de San Egidio el matrimonio ha sido a menudo desvalorizado, siendo considerado como un "remedio a la concupiscencia". Y se ha desaconsejado entre ellos la procreación, conforme al lema: "Nuestros hijos son los pobres". No es extraño, entonces, que las separaciones y divorcios sean frecuentes.

Para quien estaba al tanto de todo esto fue motivo de sorpresa que en el último gobierno italiano se confiara también al ministro Riccardi, fundador y líder desde siempre de la comunidad, el mandato de ocuparse de los problemas de la familia.

Pero, aún más, ha dejado pasmados que, en la otra orilla del Tíber, en el Vaticano, la presidencia del pontificio consejo para la familia fuera confiada, en junio de 2012, al  obispo Vincenzo Paglia, también él figura importante de la Comunidad de San Egidio y su asistente eclesiástico durante muchos años: los mismos años en los cuales el autor del memorial antes citado escribía que "el sacerdote que nos casó no nos preparó al sacramento ni nos confesó; es más, hacía años que no nos confesábamos".

Otro elemento de fuerte fricción con las jerarquías de la Iglesia y, en primer lugar, con la diplomacia vaticana, es el activismo internacional de la Comunidad de San Egidio.

El último caso de disidencia ha tenido como protagonista, de nuevo, a Riccardi.

El pasado 26 de noviembre, mientras en Egipto explotaba la revuelta contra el régimen dictatorial impuesto por el presidente Mohammed Morsi, Riccardi dio una conferencia en El Cairo, en la universidad de Al-Azhar, que fue toda ella un himno a la democracia, según él, triunfante en ese país:

> Mediterraneo, mare di democrazia


"Estoy muy contento - dijo Riccardi - de que hoy exista un Egipto democrático, fuerte no sólo gracias al prestigio de su historia milenaria y de su lugar entre las naciones, sino también por el prestigio de la libertad. Egipto tiene una historia de tolerancia. Hoy, estos aspectos de la vida social y de la historia han madurado y se han realizado en un régimen plenamente democrático con instituciones parlamentares y electivas. Esta democracia es nueva, pero tiene también raíces antiguas. En especial, se observa en Egipto y en el mundo árabe una fuerte relación entre la política democrática y el islam".

"Hablo en un lugar elevado como es la universidad de Al-Azhar la cual, también en tiempos difíciles, ha sido siempre un faro de religión y cultura. Aquí, en Al-Azhar, se ha creído siempre que la práctica y el estudio de la fe producían cultura. Al-Azhar, en los siglos, no sólo ha conservado la fe, sino que también ha mantenido viva la cultura con el humanismo".

Junto a él estaba el gran imán de Al-Azhar, Ahmed Al-Tayyeb, que Riccardi conoce bien pues lo ha invitado varias veces a las procesiones multirreligiosas que organiza cada año la Comunidad de San Egidio.

Al-Tayyeb es la persona que atacó furiosamente a Benedicto XVI por la única culpa de haber rezado por las víctimas de la masacre en la iglesia copta de Alejandría de Egipto, a finales del año 2010.

En esa ocasión Al-Tayyeb cortó toda relación entre la universidad de Al-Azhar y la Santa Sede.

Y hoy día el desgarro sigue abierto. Lo ha confirmado el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del pontificio consejo para el diálogo interreligioso y ex ministro de asuntos exteriores de la Santa Sede, en una entrevista a "L'Osservatore Romano" del pasado 4 de enero:

"También este año el diálogo con Al-Azhar se ha interrumpido por elección de nuestros compañeros musulmanes".

Pero el pasado 26 de noviembre, entre el gran imán y Riccardi  fue todo un gran abrazo. Maravillas de la magnificada "diplomacia paralela" de San Egidio.

En esta página está el índice de todos los artículos de www.chiesa sobre Riccardi y la comunidad por él fundada:

> Focus a los MOVIMIENTOS CATÓLICOS


Hay que añadir que Riccardi, hoy ocupadísimo en la campaña para las elecciones políticas del próximo 24 de febrero, no ha brillado por su capacidad de captar votos.

En vísperas del conclave de 2005 hizo un incesante trabajo de presión entre los cardenales para bloquear la candidatura de Ratzinger e impulsar la de Dionigi Tettamanzi, en ese momento arzobispo de Milán.

Pero se cuenta que en el primer escrutinio en la Capilla Sixtina Tettamanzi sólo consiguió dos votos.

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Traducción en español de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares, España.








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