martes, 23 de junio de 2009

Cantos Gregorianos - My Immortal

Cantos Gregorianos
My Immortal


Para disfrutar en paz y en familia.

Animales, plantas y humanos en Suiza

Animales, plantas y humanos en Suiza


“¿Va usted a adquirir un perro? A partir de 2010 deberá asistir previamente a un curso teórico. Y luego deberá realizar un entrenamiento práctico junto con su perro a lo largo del primer año. En él aprenderá a conocer las necesidades y el comportamiento de su perro”. Este texto forma parte del anuncio de una abogada suiza experta en derecho animal, que ofrece sus servicios a los futuros dueños de mascotas para asesorarles en la aplicación de la nueva ley protectora de animales.

Esa ley, redactada a final de 2005, se promulgó en septiembre de 2008 después de haber sido aprobada en el Parlamento y en el correspondiente referéndum popular, y comienza a aplicarse ahora. El trámite fue largo porque el asunto se trabajó a fondo, con rigor. (...) Esta la ley se aplica en principio tan solo a los vertebrados (el Gobierno determinará a qué animales invertebrados se aplicará también, para lo que tendrá en cuenta las aportaciones de la ciencia sobre la capacidad sensible de estos animales). El objetivo de la ley, enunciado en su artículo primero, es bien sencillo: “proteger la dignidad y el bienestar de los animales”. (...)

De los animales que viven naturalmente en grupo habrá que tener en las casas al menos dos ejemplares, para reproducir con la máxima fidelidad posible sus circunstancias naturales. Se legislan por supuesto las condiciones materiales en que se alojarán los animales, pero también el modo en que deben ocupar el tiempo. (...)

Esta ley no descarta que la policía lleve a cabo en el futuro registros domiciliarios para asegurar su cumplimiento. No se trataría de una novedad, basta pensar en el régimen implantado en su día en la Ginebra calvinista. En este caso la policía investigaba, por ejemplo, si los ciudadanos tomaban dulce en la comida a pesar de la prohibición: el postre se consideraba una amenaza para el orden social puritano.

Pero la pasión reguladora de los suizos no se detiene en el mundo animal y llega también a las plantas. La “Comisión Federal de Ética para la Biotecnología en el Ámbito Extrahumano” ha establecido que esa dignidad también corresponde a las plantas: “dañarlas de modo arbitrario es moralmente inaceptable”. (...)

Es admirable la fina sensibilidad ética que se percibe en esas iniciativas legislativas. Pero a uno le invade una sensación extraña cuando advierte que Suiza es a la vez el paraíso del suicidio asistido, donde el “turismo de la muerte” atrae a “clientes” de todo el mundo (eso sí, adinerados, que lo cortés no quita lo valiente y el negocio tiene sus exigencias irrenunciables).

Está bien que el gobierno se proponga paliar la soledad de las mascotas, pero ¿qué legislador se ocupa de los humanos entrados en años que aducen la soledad como motivo para pedir la muerte? ¿Cómo se explica que en tantos países el aprecio creciente por la vida animal o vegetal vaya unido al desprecio igualmente creciente por la vida humana?



ALEJANDRO NAVAS


domingo, 21 de junio de 2009

Médico que decía que homosexuales no cambian se retracta radicalmente

MÉDICO QUE DECÍA QUE HOMOSEXUALES NO CAMBIAN SE RETRACTA RADICALMENTE


WASHINGTON DC, 11 May. 01 (ACI).- El prominente psiquiatra que en 1973 permitió que la Asociación Psiquiátrica Estadounidense decidiera excluir a la homosexualidad de la categoría de desórdenes mentales, se retractó de sus conclusiones y ahora asegura que los homosexuales tienen un problema y sí pueden cambiar.

Según un informe de la agencia Life Site, el médico Robert Spitzer, presentó su último estudio y señaló que las nuevas conclusiones cambiaron sus creencias al respecto. "Como la mayoría de psiquiatras, pensaba que la gente podía resistirse a tener una conducta homosexual pero que no podía cambiar su orientación sexual. Ahora, creo que esto no es cierto, algunas personas pueden y han cambiado", señaló Spitzer.

El experto presentó su estudio –elaborado con la Universidad de Columbia- ante la asamblea anual de la Asociación Psiquiátrica Estadounidense. Lejos de confirmar lo que concluyó en 1973 demandando retirar a la homosexualidad de su manual de desórdenes mentales, Spitzer comprobó que los homosexuales pueden cambiar.

En su detallada investigación, Spitzer entrevistó a 200 personas (143 hombres y 57 mujeres) que han experimentado un significativo cambio de la atracción homosexual a la heterosexual, y que ha durado al menos cinco años consecutivos.

La mayoría de los entrevistados aseguró que su fe religiosa fue muy importante en sus vidas, y casi tres cuartas partes de los hombres y la mitad de las mujeres ha estado casado con una persona del sexo opuesto al momento del estudio.

La mayoría buscó el cambio porque el estilo de vida gay fue emocionalmente insatisfactorio. Muchos se preocuparon por la promiscuidad, relaciones tormentosas, un conflicto con sus valores religiosos y el deseo de estar o permanecer heterosexualmente casados.

Según Spitzer, en muchos casos el esfuerzo por cambiar no produjo buenos resultados en los dos primeros años de intento. Las personas afirmaron que les fue de mucha ayuda examinar sus experiencias familiares e infantiles, y comprender cómo esos factores pudieron haber contribuido a confundir su identidad genérica y orientación sexual.

Asimismo, señalaron que sirvió mucho sostener relaciones fraternales con personas del mismo sexo, técnicas de terapia conductual y terapias de grupo.

Para sorpresa de los investigadores, el 67 por ciento de los varones alcanzó un correcto desenvolvimiento heterosexual y casi o nunca volvieron a sentirse atraídos por personas del mismo sexo después del proceso de cambio.

Casi todos los entrevistados afirmaron que ahora se sienten más masculinos (en el caso de los varones) o más femeninas (las mujeres).

Spitzer concluye que "al contrario de la sabiduría convencional algunos individuos con altas motivaciones y utilizando una gran variedad de esfuerzos para cambiar, pueden lograr un cambio sustancial en los múltiples indicadores de la orientación sexual, y un correcto desempeño heterosexual".

Asimismo, sostiene que cuando las personas no cambian de verdad su orientación sexual sino que sólo desarrollan un control conductual o logran definir su autoidentidad aunque sigan sintiéndose atraídos por personas del mismo, sí reportan una mejora a nivel emocional y de salud física.


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