jueves, 8 de octubre de 2009

26º Aniversario del Acontecimiento Mariano en San Nicolás

26º Aniversario del Acontecimiento Mariano en San Nicolás
VIERNES 25 DE SEPTIEMBRE DE 2009
HOMILÍA
R. P. Miguel Lelong, OAR

Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás

Gran Señora: Ya la Escritura nos anuncia que una época determinada de la historia estaba reservada para tu maternal apostolado. Porque Tú, que eres Madre de Dios y Madre Nuestra, “… en la tierra precedes con tu luz al peregrinante pueblo de Dios como signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el Señor” (L.G.N. 68).Habla Madre, que tus hijos estamos sedientos de Dios.



Queridos hermanos en Cristo:

Hoy muchos se dedican a desvalorizar y en algunos casos llegan hasta el extremo de negar la Virginidad y la Santidad de la Madre del Salvador. Ante esta realidad nosotros, como pueblo cristiano, celebramos la fiesta en Honor a nuestra Madre en su advocación de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás.

Somos hombres y mujeres que con valor seguimos el testimonio de Fe y Devoción que nos han transmitido nuestros mayores, y que de la mano de la Santísima Virgen nos movilizamos a renovar nuestro compromiso de vida cristiana y nuestra responsabilidad dentro de una comunidad que busca de manera incansable el encuentro con el Salvador, de la mano de su Madre y en comunión de vida fraterna.

El hombre de hoy debe dar respuesta clara de su fe en obras concretas con aquellos que son los más pobres y necesitados de la sociedad. Una fe sin obras es una fe muerta, vacía, y eso no es cristianismo. Por ese motivo el hombre de hoy tiene que ser un hombre siempre dispuesto a la escucha y meditación de la Palabra de Dios, un Dios que lleno de misericordia se manifiesta al corazón del hombre por el mismo hombre.

María nos acerca el gran don de Dios; don que es el AMOR sacrificial, amor de entrega generosa por el más débil y que modifica las relaciones entre los hombres y da plenitud y dignidad a la vida de los hombres

Con María, ejemplo de Fe y Perseverancia en las pruebas, nos animamos a consagrar nuestra vida a Ella y pedirle que nos de un gran amor a su divino Hijo Jesús.

Hoy aceptamos nuevamente a María como nuestra Madre y nos acercamos a ella con confianza; una Madre que nos pide a todos Coherencia y Ejemplaridad en nuestro estilo de vida.

Que la Santísima Virgen:

- Nos lleve a ser Misioneros del Amor de Dios, un Amor que sana y transforma haciendo nuevas todas la s cosas;

- Nos ayude a tratarnos con respeto, a escucharnos más y ser más responsables en el cumplimiento de nuestras obligaciones;

- Nos ayude a ser hombres y mujeres de Esperanza aún cuando nubarrones tempestuosos se agolpen contra la Iglesia, nuestras vidas o la de seres queridos.

- Nos ayude a ser humildes, a crecer en la caridad y la disponibilidad dentro y fuera de la comunidad.



1 comentario:

  1. Que hermosa palabras, que nos dicen muy claramente que es ser Mariano. El mundo de hoy demanda coherencia entre lo que se dice y se hace, quizas estamos en la redes de la hipocresia espiritual. Maria como madre,`se mantuvo firme en su misiòn, firme en su si, y en la medida que apoyaba y acompañaba a su hijo Jesus a cumplir su destino amoroso en esa misma medida ella misma crecia en su divinidad

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