martes, 27 de octubre de 2009

Amparo Medina: de revolucionaria atea a militante de la fe

Amparo Medina:
de revolucionaria atea a militante de la fe


Conmovedor testimonio de Amparo Medina, revolucionaria atea, que cuenta las tácticas de la revolución en Ecuador. Apoyó el comunismo, el feminismo, el aborto, los derechos de reproducción sexual y la teología de la liberación, entre otras cosas.

Buscando argumentos para desplazar a la Iglesia, la Santísima Virgen se manifestó en su vida, produciendo en cambio rotundo hacia Jesucristo, único Salvador del mundo. Gracias Pepe Alonso por esta maravillosa entrevista.



Video 1





Video 2





Video 3





Video 4





Video 5





Fuente: EWTN El Canal Católico
"Nuestra Fe en Vivo" con Pepe Alonso



lunes, 19 de octubre de 2009

IDEOLOGÍA DE GÉNERO Y OPINIÓN PÚBLICA: UNA HIPÓTESIS - ALEJANDRO NAVAS

IDEOLOGÍA DE GÉNERO Y OPINIÓN PÚBLICA: UNA HIPÓTESIS
Alejandro Navas


La ideología de género se extiende por Occidente y se va convirtiendo en una especie de última versión de la corrección política. España no queda al margen de esta evolución. Por ejemplo, la homosexualidad viene siendo el tema estrella de nuestros medios en los últimos dos años. Consta que la gente no está especialmente interesada por este asunto, lo que obliga a preguntarse por la causa de esta llamativa discrepancia entre la agenda de los medios y los intereses del público. Se formula la hipótesis de que esa presencia desproporcionada de la problemática del género en la agenda pública obedece a la acción de lobbies que han desarrollado una inteligente y eficaz estrategia de opinión pública. Más allá de la ampliación de los derechos, lo que está en juego es la definición de la normalidad: la batalla es tanto política como cultural.

Febrero de 2007: Drew Gilpin Faust, historiadora de cincuenta y nueve años, se convierte en la primera Presidenta de la Universidad de Harvard. La profesora Faust se dedica a la historia, y durante los últimos seis años había dirigido el Radcliffe Institute for Advanced Study, dedicado de modo preferente a la investigación sobre la mujer y el género. En su primera rueda de prensa tras la toma de posesión formuló con claridad sus prioridades: hacer más fluidas las fronteras entre las diversas disciplinas y promocionar a los miembros de las minorías protegidas. Ha habido que esperar 374 años para que hubiera una mujer al frente de la prestigiosa universidad, pero Harvard no constituye ni mucho menos una excepción: en estos momentos, cuatro de las ocho universidades que integran el exclusivo club de la Ivy League están gobernadas por mujeres.

Lo ocurrido en Estados Unidos no es un hecho aislado. Podemos saltar al corazón de Europa, a la Universität für Musik und darstellende Kunst de Viena, donde casi en esas mismas fechas se ponía en marcha una cátedra dedicada a los Gender Studies, llamada a colaborar estrechamente con el “Vicerrectorado para promoción de la mujer” y el “Grupo de trabajo sobre igualdad” en la promoción de la docencia y la investigación sobre una materia que la Universidad considera prioritaria. Por este motivo, anuncia el refuerzo de los estudios de género en todas sus disciplinas. Podríamos documentar esta tendencia con abundantes casos similares, observables en casi todos los países occidentales, pero termino este rápido espigueo con la decisión del Ministerio de Medio Ambiente del gobierno regional de Renania–Westfalia: encargar a una consultora un estudio sobre la didáctica del bosque desde la perspectiva del género (hay que tener presente el destacado papel del bosque en el imaginario social alemán), con un presupuesto de 35.000 euros.

La actual posición hegemónica de la ideología de género no se limita al ámbito académico, sino que afecta a toda la sociedad. Voy a fijarme con un poco más de detalle en nuestro país, pues aunque no hemos sido pioneros en su desarrollo, sí que formamos parte del grupo de países que al día de hoy marcan la pauta para el resto del mundo en la implementación de esas políticas. Como botón de muestra, la presidenta del gobierno chileno, Michelle Bachelet, declara que su modelo es Rodríguez Zapatero, o nuestra vicepresidenta Fernández de la Vega viaja por Iberoamérica para exportar su cruzada a favor de la igualdad de género (El Mundo, de 31/07/2007). Nuestro comercio exterior no hace más que incrementar su déficit crónico, pero en lo que a ideología se refiere hace tiempo que abandonamos los números rojos. No está claro que vayamos a conseguir entrar en el G–8, pero integramos junto con países como Holanda, Bélgica, Inglaterra, Canadá, Estados Unidos o Noruega el grupo de los campeones del progreso y la igualdad de géneros. “Madrid se ha convertido en una capital de la libertad de los seres humanos y de la libertad sexual”, podía afirmar con justicia la entonces Ministra de Cultura, Carmen Calvo, momentos antes del inicio de la marcha del Orgullo Gay en Madrid (El País, 1/07/2007, p. 46). Pocos días después se celebraba en Barcelona la segunda edición catalana del festival Loveball, que reunió a cerca de 30.000 homosexuales. Las entusiastas declaraciones de los visitantes extranjeros permitía subtitular al diario El Mundo: “Gays de Europa y América ven en las ciudades españolas los epicentros del ambiente” (5/08/2007, p.9).

No hace falta realizar un minucioso análisis del contenido de los medios de comunicación españoles durante los dos o tres últimos años para comprobar que hay un tema estrella, tanto de la información como de la ficción, omnipresente en la páginas de diarios y revistas y en todo tipo de programas radiofónicos o televisivos –ficción, informativos, late night shows, talk shows, magazines, series de ficción nacionales o extranjeras e incluso en los Lunnis–: la problemática del género y, más en concreto, la homosexualidad. En la televisión ya nos hemos acostumbrado a no ver más que representantes del colectivo GLBT (gays, lesbianas, bisexuales, transexuales) inteligentes, honestos, sensibles, generosos, frente a heterosexuales despreciables y sin educación. Esta focalización podría no ser más que una expresión lógica de la sexualización de todos los ámbitos de la vida que afecta a Occidente, perceptible de modo especial en los sectores de la comunicación y el entretenimiento. Y como esos mismos medios se han vuelto cada vez más sensibles a las demandas de sus lectores y audiencias, por la propia evolución del mercado de la comunicación, que lleva a un peso creciente de la demanda frente al anterior mayor protagonismo de la oferta, sería lógico suponer que nuestra población exige con avidez ese tipo de contenidos, tal vez para compensar tantos decenios de abstinencia forzosa. Estaríamos ante una nueva manifestación del movimiento pendular que parece caracterizar nuestra evolución social. Pero los datos de la investigación empírica no avalan esta hipótesis. Cuando el barómetro del CIS pregunta mes a mes a los españoles por los temas que les preocupan, tanto en general como en particular, lo relativo a la homosexualidad y al género no aparece siquiera en la lista con la treintena de asuntos mencionados en las respuestas de la muestra.

¿Cómo se explica este desfase entre la agenda de los medios y las preferencias e intereses del público? Cuando los representantes de los medios hablan de sí mismos, suelen presentarse como el “espejo de la sociedad”, a modo de notarios que se limitan a levantar acta del acontecer social. Este papel, investido además de una noble aureola ética, les obligaría a mostrar también el lado sombrío de nuestra realidad social, lo que justifica la deriva de los contenidos y programaciones hacia el morbo y la basura. No hacerlo así, nos dicen, sería incluso una falta de responsabilidad. Confrontar al público con los aspectos más terribles de nuestra condición puede convertirse incluso en requisito indispensable para suscitar los necesarios debates públicos y ayudar así a la solución de esos problemas. Parece claro que estas circunstancias no concurren en el caso de la homosexualidad. Aquí los medios se emplean muy a fondo, con abundantes recursos materiales y personales, para mantener en el orden del día de la agenda pública un asunto por el que la gran mayoría de la gente no muestra interés.

Resulta obligado admitir que esa coincidencia mayoritaria, observable además en medios informativos con perfiles empresariales e ideológicos bien diversos, no es casual y se debe a la labor eficaz de lobbies muy bien organizados, sobre todo en Estados Unidos. Al margen de la importancia objetiva de esta problemática, el estudioso de la comunicación se encuentra aquí ante un fenómeno casi paradigmático para observar la génesis de la opinión pública. Una cuestión clásica en este contexto, del tipo de problemas que vertebran cualquier disciplina científica, se pregunta si la opinión pública se genera a partir de la actividad de unos pocos e influyentes actores, colectivos o individuales –intelectuales, políticos, empresarios, artistas–, o bien emerge a partir de miles de interacciones producidas en la calle. Este segundo modelo explicativo parecería el más propio de sociedades masificadas y altamente complejas como las nuestras, en las que ningún actor individual, aunque se llame Rupert Murdoch o Jesús Polanco, tendría la capacidad de manipular a millones de ciudadanos. Como casi siempre que nos encontramos ante ese tipo de interrogantes radicales, la respuesta más plausible suele estar en una vía media, con eventuales desplazamientos hacia uno de los extremos en función de las circunstancias.

En el caso de la ideología de género estamos en condiciones de describir con bastante precisión la influencia de unos pocos actores que, además de aprovechar un clima cultural propicio para la difusión de esos nuevos valores y modelos de conducta, han sabido idear y aplicar una estrategia de opinión pública muy eficaz, que ha conseguido en poco tiempo investir a las diferentes manifestaciones de la ideología de género del aura de la más consolidada corrección política: quien se atreva a poner en cuestión su vigencia corre el peligro de verse condenado al ostracismo social o incluso a la cárcel en sentido físico.

Sin dejar de tener en cuenta a Freud, Mead, Reich o Marcuse como antecedentes de referencia obligada, podemos decir que casi todo empieza en 1949, cuando Simone de Beauvoir publica Le deuxième sexe. Se trata de una obra voluminosa, dividida en dos partes que salieron a la calle en mayo y octubre, respectivamente. La segunda comienza con la frase que se ha convertido en el lema del moderno feminismo y de la ideología de género: “On ne naît pas femme: on le devient” La autora afirma a continuación que es el conjunto de la civilización quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado que llamamos mujer.

Está clara la voluntad emancipadora y rupturista que inspira esa carta magna de la fase contemporánea del movimiento liberador de la mujer, pero según una denominación ya convencional se puede decir que el planteamiento de Simone de Beauvoir sigue siendo moderno y todavía no es posmoderno. “La división de los sexos es en efecto un dato biológico, no un momento de la historia humana”. La naturaleza está ahí, a disposición del hombre, pues la ciencia es tanto conocimiento como poder, dominio. A título de ejemplo mostraré ese talante en ejercicio en el capítulo titulado La mère: “Desde hace más o menos un siglo, la función reproductora ya no está regida por el mero azar biológico, sino que está controlada por las voluntades”. Vemos en acción a la modernidad típica, fáustica y prometeica, que no se somete de modo pasivo a la realidad natural, sino que se propone dominarla y explotarla al servicio de fines que ya tampoco son naturales. Este horizonte ya estaba explicitado en el programa de la ciencia moderna formulado por Francis Bacon.

Piedra angular de la ideología de género es la diferenciación entre sexo y género. Mientras que el sexo designa la realidad biológica, el género es una construcción cultural. La lógica del movimiento ha llevado a que en nuestros días se haya incrementado la relevancia de la dimensión cultural a expensas de la natural: casi la totalidad de las determinaciones que denominamos sexuales tendrían un origen cultural y serían, por tanto, meras convenciones, algo construido. Un breve repaso a la génesis de la noción de “identidad de género” puede ayudar a entender esta evolución.

La formulación de los conceptos de “identidad de género” y de “rol de género” se atribuye al psicoanalista Robert Stoller y al psiquiatra John Money. Este último nació en 1921 en Nueva Zelanda, pero hizo su carrera en Estados Unidos. Se doctoró en Harvard con una investigación sobre el hermafroditismo, que junto con la transexualidad sería el tema central de su actividad terapéutica, docente e investigadora el resto de su vida (murió en 2006), y trabajó en el más prestigioso centro médico estadounidense, Johns Hopkins University. Desde mediados de los años cincuenta Money sostiene que la sexualidad es psicológicamente indiferenciada en el momento de nacer y se vuelve masculina o femenina en el curso de las variadas experiencias del desarrollo.

Money era toda una personalidad: brillante, trabajador incansable, dominador de la retórica y del lenguaje de los medios, jefe autoritario e implacable, que no toleraba crítica alguna a su labor, y se lanza enseguida con el celo del visionario a una especie de cruzada contra la moral tradicional victoriana. Se convierte en un ardiente defensor y promotor de las prácticas menos convencionales, por expresarlo con suavidad: sexo en grupo, bisexualidad, los así llamados fucking games para niños; comportamientos que todo el mundo solía considerar perversiones graves, como el asesinato con estupro, no le parecen más que simples parafilias, es decir, preferencias que se apartan sin más de la normalidad estadística.

La energía empleada en defender su causa y su notable capacidad persuasiva convencieron a las autoridades de la Johns Hopkins, que abrieron la Gender Identity Clinic, la primera del mundo en practicar la reasignación quirúrgica de sexo en adultos. Esa praxis se extendería rápidamente por otros países occidentales. Ayudó a su difusión el cambio en el clima de opinión pública llevado a cabo en Occidente. Después del predominio de tesis biologistas deterministas, que formaron el caldo de cultivo de políticas eugenésicas en diversos países –y no solo en la Alemania nazi–, el terreno estaba abonado para una nueva orientación de la cultura, en la que se subrayaría la importancia del ambiente social frente al determinismo anterior. Las propuestas de Money encajaban plenamente en este nuevo contexto cultural. Pero el avance de Money no se pareció en absoluto a un paseo triunfal, ya que sus tesis también encontraron críticas en la comunidad científica y médica. En el momento en que la controversia era más intensa, Money creyó que podía presentar a la comunidad científica un caso definitivo para probar la validez de su teoría, el de los hermanos Reimer, dos gemelos univitelinos. Uno de ellos perdió el pene al ser operado de fimosis cuando tenía seis meses, y Money convenció a sus padres para que fuera educado como niña, para lo que se le practicó también la oportuna cirugía. De esta forma, Money confiaba en mostrar cómo la biología era irrelevante frente a la influencia de la cultura y la educación –sin renunciar a la cirugía y las hormonas, por supuesto–: tendríamos dos individuos con idéntico equipamiento genético, educados uno como varón y otro como mujer. El tratamiento se prolongó durante trece años y acabó en un clamoroso fracaso, que Money se negó a aceptar y procuró enmascarar hasta el final de su vida. A partir de 1980 Money dejó de citar el caso Reimer en apoyo de su postura, pero continuó defendiendo la reasignación de sexo en general, y de modo particular en los casos de lesión o pérdida del pene. Los escándalos se multiplicaron y la Johns Hopkins cerró la clínica de Money. Hoy ya nadie sigue sus propuestas para el tratamiento de la intersexualidad. El diario El Mundo publicó en 2004 un reportaje sobre el caso, y aunque el autor del comentario simpatiza con la ideología de género, se ve obligado a reconocer que “la literatura científica parece no apoyar la hipótesis del doctor Money…Las evidencias científicas apoyan que la identidad de género viene establecida por la biología por encima de la educación”.

En los años sesenta y setenta Money se convirtió en estrecho aliado y coartada científica de los movimientos feministas y homosexual, y lo más notable es que hasta el día de hoy sigue siendo una de las principales “fuentes científicas” invocadas por los representantes de la ideología de género en la justificación de sus posiciones. Si se procede con esa falta de rigor, no sorprende que los activistas del género se apoyen de igual modo en los trabajos de Kinsey, a pesar de su probada inconsistencia metodológica, que priva de todo valor a sus polémicas conclusiones.

Una de las más encarnizadas batallas en torno a la manera de entender y vivir la sexualidad se libró durante ese tiempo en la psiquiatría norteamericana. Hoy conocemos los entresijos del auténtico golpe de mano –una operación diseñada y financiada por la NGTF (National Gay Task Force)– que llevó a cabo el lobby homosexual para mover a la junta directiva de la APA (American Psychiatric Association) a dejar de considerar la homosexualidad como una patología, por lo que no me detengo en este punto.

En un clima de opinión cada vez menos adverso, el movimiento homosexual se crece y pasa al ataque. En febrero de 1988 se reúne en Warrenton (Virginia) una “Conferencia de guerra” a la que asisten 175 activistas representantes de organizaciones de todo el país. En esa cumbre se adopta una estrategia que dos de los participantes, el neuropsiquiatra Marshall Kirk y el experto en marketing Hunter Madsen, pusieron a continuación por escrito. Los objetivos eran ambiciosos: abandonar las técnicas utilizadas hasta el momento por el activismo gay, propias de una actitud más bien defensiva, y aplicar de modo consecuente los recursos de la propaganda y las relaciones públicas para llevar a cabo una auténtica revolución que derrote de modo definitivo la moral tradicional, conservadora y mojigata. Desde el punto de vista del marketing y la opinión pública, la estrategia y su aplicación constituyen un ejemplo insuperable de inteligencia y eficacia.

Enumero de modo telegráfico algunos puntos centrales de la estrategia:

–Difundir la idea de que el diez por ciento de la población es homosexual. Es más: “Una sociedad que niegue que el diez o incluso el veinte por ciento de la población experimenta fuertes inclinaciones homosexuales, y que construya sus leyes y valores sobre esa mentira, está gravemente enferma”.

–Plantear de modo incansable el tema de la homosexualidad en todo tipo de foros públicos y conversaciones privadas, de modo que la gente se rinda por aburrimiento y cansancio y acabe por acostumbrarse y deje de reaccionar.

–Mostrar a destacados personajes históricos, que tienen un valor ejemplar, como homosexuales (reales o supuestos). Animar a homosexuales célebres a mostrarse en público como tales.

–Presentar la homosexualidad como algo de nacimiento, genético. Los homosexuales no serían, por tanto, responsables de su orientación sexual. De ninguna manera la homosexualidad debe aparecer como resultado de una elección libre, lo que daría argumentos a los adversarios.

–Presentar a los homosexuales como víctimas. Más que de defender sus derechos, se tratará de combatir la discriminación de la que son objeto. En general, la lucha contra cualquier forma de discriminación será mejor acogida por la opinión pública.

–Demonizar a los enemigos de la homosexualidad, para lo que cualquier recurso será admisible: alinearlos con el Ku–Klux–Klan, el nazismo o el antisemitismo. Mostrar cómo en los campos de concentración nazis los homosexuales corrieron la misma suerte que los judíos. Lanzar la etiqueta de “homofobia” como estereotipo negativo para descalificar a los enemigos de la homosexualidad.

–Neutralizar a las iglesias o grupos religiosos opuestos a la homosexualidad, a los que habrá que presentar como reaccionarios y anclados en el pasado, enemigos de la ciencia y del progreso. Buscar la división de esos grupos religiosos, enfrentando a liberales con conservadores. Ya hay experiencia en Estados Unidos sobre cómo movilizar alianzas antirreligiosas, tal como se hizo en las batallas a favor del divorcio y el aborto. Habrá que repetir la experiencia en el caso de la homosexualidad. En el contexto religioso adquiere prioridad la lucha contra la clásica distinción, propia de la moral cristiana, entre pecado y pecador. El cristianismo enseña a rechazar el pecado y a respetar e incluso amar al pecador, pues solo Dios sabe lo que pasar en el fondo del corazón de cada uno –de internis neque Ecclesia, según el adagio clásico–. Esa distinción resulta inaceptable para el activismo gay: quien está en contra de la homosexualidad se convierte de modo automático en enemigo de los homosexuales.

–En la propaganda gráfica será conveniente, al menos en la primera etapa, recurrir a imágenes de lesbianas atractivas, que caerán mejor a la gente.

–Dar siempre una imagen positiva y atractiva del estilo de vida homosexual. Esto implica, como es obvio, omitir toda referencia a los frecuentes problemas y trastornos asociados a esa forma de vida: patologías psiquiátricas –con especial incidencia de depresiones y neurosis–, enfermedades de transmisión sexual derivadas de la promiscuidad, violencia doméstica (que entre los convivientes del mismo sexo es significativamente mayor que entre los de sexo opuesto), elevado consumo de drogas y alcohol. En realidad, el ambiente homosexual está con demasiada frecuencia impregnado de sordidez, a pesar de las imágenes que se nos vende en esas operaciones de marketing, de forma que la denominación gay no deja de ser un sarcasmo.

La aplicación de esta estrategia se ha llevado a cabo de forma sistemática y consecuente para lo que ha sido decisiva la actividad de diversas organizaciones. Entre las más significadas se puede destacar las siguientes:

–Human Rights Campaign (HRC). Con 400.000 miembros, es el mayor lobby homosexual norteamericano. Actúa de modo preferente en el ámbito político y su objetivo principal es la “educación” del Congreso estadounidense. Promueve la legislación contra la homofobia, la protección de las “familias homosexuales”, la promoción de la salud de las lesbianas que viven solas, etcétera. También dedica cuantiosos recursos a la formación de activistas.

–Gay and Lesbian Alliance Against Defamation (GLAAD). Se trata del principal lobby homosexual que trabaja en el mundo de la comunicación y del entretenimiento. Muy influyente en Hollywood. También prepara a otras organizaciones y a activistas individuales en el manejo de la opinión pública. Se la considera el lobby más influyente en la opinión pública estadounidense.

–National Gay and Lesbian Task Force (NGLTF). Se concentra en el trabajo de base, de acuerdo con el principio de que el futuro pertenece a quien consiga ganar a los niños para su causa.

–Parents, Families and Friends of Lesbians and Gays (PFLAG) y la red Gay, Lesbian and Straight Education Network (GLSEN). Prolongan la línea de acción de la anterior y trabajan sobre todo en el ámbito educativo, con profesores y alumnos de todos los niveles de enseñanza.

–Lambda Legal Defense and Education Fund, organización paralela a la American Civil Liberties Union (ACLU) pero centrada de modo exclusivo en la defensa de los intereses homosexuales.

No resulta sencillo hacer un balance de lo alcanzado en estos casi veinte años, ni siquiera para el ámbito de países aislados, pero lo logrado ha sido mucho. En más de un sentido la realidad social de algunos de estos países ha cambiado de modo sustancial: nuevas leyes, nuevas políticas, nuevos contenidos en la educación, nuevos valores y modelos. Estamos asistiendo tanto a una gigantesca “salida del armario” como a la generación de una nueva realidad. España constituye un interesante botón de muestra, a la vez que laboratorio social donde se prueban recetas que luego se exportan a otros países. Ahí están las actuaciones del gobierno central o de algunos autonómicos como el catalán o el andaluz.

Al hacer balance de estos cuatro años de legislatura, el Presidente Rodríguez Zapatero puede enorgullecerse con motivo de haber impulsado una de las más prodigiosas “ampliaciones de derechos” que se recuerdan en la historia de la humanidad. En más de un sentido somos de nuevo el asombro del mundo. Claro que todo depende del punto de vista adoptado. También en estos días el Ministro de Sanidad, Bernat Soria, presentaba el programa Robin, que proporcionará a través de la red información sobre el sexo a aquellos jóvenes que prefieran preguntar sobre estos temas “en la intimidad, desde el anonimato y sin pasar vergüenza”. Lleno de satisfacción, el ministro asegura que se trata de un “instrumento pionero en Europa y en el mundo”. Es curioso el afán de los gobiernos por aparecer como los primeros de la clase –el presidente Zapatero nos anuncia hoy su meta para la próxima legislatura: superar a Francia en renta per cápita–; uno se siente transportado de nuevo a la infancia, cuando el gobierno franquista inauguraba obras públicas que eran también las más destacadas de Europa . Seguro que ponerse a la cabeza del mundo en la eliminación de los viejos tabúes relativos al sentido del pudor y de la vergüenza resulta mucho más fácil que destacar en el registro de patentes científicas e industriales. Inundar Cataluña con folletos de educación sexual para niños y promover articulados planes de igualdad de género y de estímulo de la homosexualidad resulta sin duda mucho más asequible que asegurar el buen funcionamiento de las infraestructuras del transporte.

¿Qué se pretende con estas políticas? ¿Cuál es el sentido último de la revolución preconizada en el manifiesto emanado de la cumbre de Warrenton? ¿Se trata de la ampliación de derechos proclamada por nuestro presidente de gobierno? En parte sí, pero considero que el logro de algunos derechos no es más que una meta parcial, casi una cortina de humo. La realidad es que los homosexuales tienen muy poco interés en casarse entre sí, allí donde la ley lo permite, y España no ha sido una excepción a este respecto. Entablar relaciones monógamas estables no suele ser un objetivo prioritario para ellos. Por lo general, tampoco les interesa adoptar. De lo que se trata en el fondo, más allá de debates jurídicos de detalle, es de suprimir la idea de normalidad, de eliminar la realidad de una naturaleza independiente de nuestra voluntad. Las reivindicaciones homosexuales se dan aquí la mano con una vieja aspiración que está en el núcleo de la cultura moderna: el dominio absoluto, tanto de la realidad física como de la social y ahora también de la personal. No hay nada que merezca respeto y consideración, todo debe quedar disponible, manipulable según nuestro capricho. Judith Butler, una de las más destacadas pensadoras actuales del género, lo dice de modo inequívoco: “La teoría que se opone a toda reivindicación de identidad, incluyendo la asignación de un sexo estable”. Aceptar una identidad, aunque fuera construida al modo de Money, constituiría una esclavitud intolerable. Como resultado de la deconstrucción del género, un concepto clave será ahora el de “transición”. La identidad de género no está dada de una vez por todas, sino que puede cambiar de modo constante. “La tarea de la política internacional de gays y lesbianas es nada menos que rehacer la realidad, reconstruir lo humano y negociar los términos de lo que se considera habitable y lo que no”. No nos encontramos tan solo ante un debate académico ajeno a los intereses prácticos del gran público. Ilustra muy bien lo que estoy diciendo el modo en que Butler afronta las implicaciones del diagnóstico de GID (Gender Identity Disorder): “Recibir el diagnóstico de GID es ser considerado malo, enfermo, descompuesto, anormal, y sufrir cierta estigmatización.

Por ello, algunos psiquiatras y activistas “trans” han argumentado que la diagnosis debería ser completamente eliminada, que la transexualidad no es un trastorno y que no debería ser concebida como tal, y que debería entenderse a los trans como personas comprometidas con una práctica de autodeterminación, personas que ejercen su autonomía. Así pues, por una parte el diagnóstico continúa valorándose porque proporciona una forma económica de transicionar (permite que el seguro médico financie la intervención quirúrgica, n. d. a.). Por otra, la oposición es firme porque el diagnóstico continúa considerando como un trastorno patológico lo que debería concebirse como una entre las muchas posibilidades humanas de determinar el propio género”.

En el fondo, la persona homosexual se sabe distinta, anómala, y esa sensación no suele ser agradable. La etiología de la homosexualidad puede ser muy variada –aunque si hay algo claro hasta el momento, es que no se ha encontrado el gen responsable de ese trastorno–, y las influencias que determinan su aparición pueden actuar durante fases diversas de la vida de las personas, y contar o no con su consentimiento: hay homosexuales que se inician como adultos de modo voluntario en esa forma de vida y otros que lo son de modo involuntario a consecuencia del enfoque de su socialización primaria. La vuelta a la normalidad puede resultar difícil –aunque a la vez hay una abundante experiencia que indica que se puede lograr–, y muchos ni siquiera la quieren. Esa sensación de anomalía desaparecerá si antes lo hace la propia noción de normalidad. Si ya no hay una referencia normal, canónica, todas las opciones se vuelven equivalentes. En el caso de la sexualidad esto significa equiparar la tradicional heterosexualidad con las diversas orientaciones posibles: homosexualidad, bisexualidad, transexualidad, además de otras variantes, y con la dimensión añadida de la transición: ninguna de esas orientaciones, que se eligen libremente, debe entenderse como una condición permanente.

De ahí la notable importancia simbólica, que no real, del actual debate en España acerca de la transexualidad y la identidad de género. Una vez más hemos sido pioneros en el mundo y aprobado una ley que permite el cambio de género por una simple decisión voluntaria, al margen de la biología. Como en tantas otras ocasiones, el papel del boletín oficial lo soporta todo. Interesa hacer todo lo posible para otorgar carta de naturaleza a esas otras orientaciones sexuales. En este contexto, por ejemplo, se entiende que un diario como El País dé gran importancia a la noticia de que “en el Ayuntamiento de Gerona se ha casado la primera pareja de transexuales que se sienten mujeres y además son lesbianas” (13/12/2006). Noticias como ésa, debidamente aireadas, pueden contribuir a generar el deseado cambio de opinión.

Parece que los signos de los tiempos son favorables a la causa de la ideología de género, aunque el objetivo que se ha marcado el movimiento es muy ambicioso y ni siquiera la estrategia mejor diseñada puede asegurar el triunfo de la revolución. En algunos medios del activismo reina una sensación de victoria. Cuando en el verano de 2007 se estrenó en Estados Unidos con gran éxito la serie televisiva Rick & Steve, una especie de South Park en versión gay protagonizada por the happiest gay couple, el crítico de televisión del New York Times lanzaba emocionado las campanas al vuelo y sentenciaba categórico: “Rick & Steve es la prueba más poderosa de que un lado ha ganado”. Pero no hay que olvidar que Nueva York o California no representan ni mucho menos la totalidad de los Estados Unidos. Basta recordar el vapuleo electoral sufrido por el activismo gay en las votaciones realizadas en diversos estados con ocasión de las elecciones legislativas de noviembre de 2006: a pesar de los millones invertidos por la causa gay en sofisticadas campañas de opinión, una abrumadora mayoría de los ciudadanos estadounidenses sigue pensando que el matrimonio es sólo de hombre y mujer. Y en aplicación de una ley física tan básica como la acción y reacción, mucha gente empieza a reaccionar ante la agresividad de los lobbies homosexuales. Por ejemplo, los bomberos de San Diego, que han llevado a los tribunales a sus superiores por haberles ordenado que participaran, vestidos de uniforme, en la Gay Pride Parade.

¿Cuál será el desenlace de esa batalla en nuestro país? La cuestión tiene relevancia más allá de nuestras fronteras, por el papel pionero que juegan nuestros gobiernos –central y algunos autonómicos– en esa cruzada, que los convierte en referencia para otros países. Desde el punto de vista de la opinión pública España se convierte así en un experimento digno de observación. ¿Podrá la acción concertada de la clase política y mediática cambiar los modos de pensar de la mayoría de la población? La presión de la corrección política y fenómenos del tipo de la espiral del silencio hacen que políticos o periodistas que en principio deberían oponerse al activismo gay callen por miedo a ser tildados de retrógrados. Diarios como El País o El Mundo, antagonistas políticos, se dan la mano en este punto. Y otros medios que en principio deberían enfrentarse a esa tendencia si fueran coherentes con su línea editorial –por ejemplo, ABC y los diarios de Vocento, La Razón o La Vanguardia– tienen las manos atadas: ¿cómo van a criticar esos planteamientos si obtienen pingües ganancias de los anuncios clasificados de contenido sexual? Hemos visto cómo la ideología de género nos invita a desprendernos de ese atavismo obsoleto llamado identidad y a cultivar la transición. Estos periódicos podrían “transicionar” sin mayores preocupaciones desde las páginas de sexo, contactos y relax hasta los editoriales condenatorios de esas mismas prácticas, pero parece que esto sería demasiada incoherencia, incluso en tiempos posmodernos donde todo vale. En consecuencia, optan por el silencio y, una vez más, el negocio se impone a la moral.

Mientras los grandes de la política o la comunicación actúan con agresividad o callan con complicidad, la oposición a esa nueva cultura oficial se refugia en pequeñas formaciones políticas alternativas o en medios de escasa difusión, aunque la tecnología en forma de Internet acude en ayuda de su causa, y la mayoría silenciosa empieza a despertar y aprende a movilizarse en la calle. Habrá que seguir con atención el desarrollo del clima de opinión a este respecto. Los promotores del cambio o “ampliación de derechos” se emplean a fondo y cuentan con abundantes recursos. Según indican las sucesivas encuestas de opinión, crece el apoyo popular a esas políticas, aunque conviene tener presente una salvedad: los españoles dicen estar de acuerdo con esas medidas en abstracto, mientras que en su conducta práctica optan por modelos más bien tradicionales o conservadores. Se da en nuestro caso una llamativa discrepancia entre lo que se piensa y lo que se hace, aunque resulta indudable que el afianzamiento de esas nuevas ideas podría inducir a medio y largo plazo un cambio en los comportamientos.¿Conseguirán los ideólogos del género su objetivo revolucionario? Lo dudo, pues la realidad o la naturaleza no dejan de existir por mucho que el B. O. E. e influyentes medios de comunicación se empeñen en lo contrario. Como decía El Gallo, lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible.





jueves, 8 de octubre de 2009

26º Aniversario del Acontecimiento Mariano en San Nicolás

26º Aniversario del Acontecimiento Mariano en San Nicolás
VIERNES 25 DE SEPTIEMBRE DE 2009
HOMILÍA
R. P. Miguel Lelong, OAR

Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás

Gran Señora: Ya la Escritura nos anuncia que una época determinada de la historia estaba reservada para tu maternal apostolado. Porque Tú, que eres Madre de Dios y Madre Nuestra, “… en la tierra precedes con tu luz al peregrinante pueblo de Dios como signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el Señor” (L.G.N. 68).Habla Madre, que tus hijos estamos sedientos de Dios.



Queridos hermanos en Cristo:

Hoy muchos se dedican a desvalorizar y en algunos casos llegan hasta el extremo de negar la Virginidad y la Santidad de la Madre del Salvador. Ante esta realidad nosotros, como pueblo cristiano, celebramos la fiesta en Honor a nuestra Madre en su advocación de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás.

Somos hombres y mujeres que con valor seguimos el testimonio de Fe y Devoción que nos han transmitido nuestros mayores, y que de la mano de la Santísima Virgen nos movilizamos a renovar nuestro compromiso de vida cristiana y nuestra responsabilidad dentro de una comunidad que busca de manera incansable el encuentro con el Salvador, de la mano de su Madre y en comunión de vida fraterna.

El hombre de hoy debe dar respuesta clara de su fe en obras concretas con aquellos que son los más pobres y necesitados de la sociedad. Una fe sin obras es una fe muerta, vacía, y eso no es cristianismo. Por ese motivo el hombre de hoy tiene que ser un hombre siempre dispuesto a la escucha y meditación de la Palabra de Dios, un Dios que lleno de misericordia se manifiesta al corazón del hombre por el mismo hombre.

María nos acerca el gran don de Dios; don que es el AMOR sacrificial, amor de entrega generosa por el más débil y que modifica las relaciones entre los hombres y da plenitud y dignidad a la vida de los hombres

Con María, ejemplo de Fe y Perseverancia en las pruebas, nos animamos a consagrar nuestra vida a Ella y pedirle que nos de un gran amor a su divino Hijo Jesús.

Hoy aceptamos nuevamente a María como nuestra Madre y nos acercamos a ella con confianza; una Madre que nos pide a todos Coherencia y Ejemplaridad en nuestro estilo de vida.

Que la Santísima Virgen:

- Nos lleve a ser Misioneros del Amor de Dios, un Amor que sana y transforma haciendo nuevas todas la s cosas;

- Nos ayude a tratarnos con respeto, a escucharnos más y ser más responsables en el cumplimiento de nuestras obligaciones;

- Nos ayude a ser hombres y mujeres de Esperanza aún cuando nubarrones tempestuosos se agolpen contra la Iglesia, nuestras vidas o la de seres queridos.

- Nos ayude a ser humildes, a crecer en la caridad y la disponibilidad dentro y fuera de la comunidad.



lunes, 5 de octubre de 2009

Feministas mexicanas orquestan maniobra abortista en Corte Interamericana de DDHH

Feministas mexicanas orquestan maniobra abortista en Corte Interamericana de DDHH


MÉXICO D.F., 28 Sep. 09 (ACI).- Cuando en México 16 de los 32 estados han aprobado reformas constitucionales que defienden el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, grupos feministas orquestan una maniobra con una petición a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para "revisar" la citada reforma en el Estado de Morelos por "violar" el supuesto "derecho" de las mujeres al aborto.

Las mismas feministas explican que "en los últimos 15 meses, 16 estados mexicanos han aprobado reformas constitucionales definiendo a la persona desde el momento de la concepción, lo que significa que todos los derechos civiles tienen que ser protegidos, incluyendo el derecho a la vida y, en consecuencia, la terminación legal de los embarazos (eufemismo para el aborto) no será permitida".

Para las abortistas del Grupo de Información en Reproducción Elegida, uno de los grupos de fachada que presentó la petición, la reforma pro-vida "infringe los derechos humanos de las mujeres en cuanto a su autonomía reproductiva, salud, vida y libertad".

El Presidente del Population Research Institute (PRI) para América Latina, Carlos Polo, comenta al respecto que "una vez más vemos cómo los que están a favor del aborto no respetan ni la ley ni la opinión popular. Cuando aprobaron la ley del aborto en el Distrito Federal se llenaban la boca diciendo que había que respetar la decisión de los representantes del pueblo. Hoy que, ya no es el DF sino la totalidad del país que expresa su rechazo al aborto, acuden a una instancia internacional para neutralizar una opinión libre y soberana de los mexicanos, opinión hecha siguiendo las normas constitucionales".

"Acudir a la Comisión Internacional de Derechos Humanos –explica Polo– deja en claro que harán todo lo posible para que el aborto sea legal independientemente de que los hombres y mujeres estén o no de acuerdo".

"No nos debería sorprender la naturaleza antidemocrática y totalitaria que anima al movimiento pro aborto internacional, si lo conectamos con los abusos a los derechos humanos que se cometen en nombre de los 'derechos reproductivos'", denuncia.

El Presidente del PRI para América Latina recuerda que "acciones como éstas deberían llevarnos a esforzarnos por desterrar este tipo de prácticas si queremos gobiernos democráticos en América Latina."

Los estados mexicanos que han aprobado la reforma que blinda el derecho a la vida contra el aborto y protege así a los no nacidos son: Oaxaca, Querétaro, Baja California, Chihuahua, Campeche, Colima , Puebla, Durango, Jalisco, Nayarit, Quintana Roo, Guanajuato, Yucatán, Sonora, Morelos y San Luis Potosí.




lunes, 28 de septiembre de 2009

Mons. Lona reitera su preocupación por la designación de jueces abortistas

MONS. LONA REITERA SU PREOCUPACIÓN POR LA DESIGNACIÓN DE JUECES ABORTISTAS


Considerando la noticia -ampliamente difundida por los Medios masivos de comunicación- acerca de la postura de la Integrante de la Corte Suprema de Justicia, Dra. Carmen Argibay, expuesta en un seminario sobre derechos sexuales y reproductivos, organizado por la autodenominada: Asociación “Católicas por el Derecho a Decidir” (ONG proabortista y feminista) en el Senado Nacional, donde impulsó la despenalización del aborto, como derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo.

El Obispado de San Luis volvió a difundir la declaración que su Obispo, Mons. Jorge Luis Lona, emitió cuando la Dra. Argibay fue propuesta para integrar la Corte Suprema de Justicia y recordó lo que el Catecismo de la Iglesia Católica dice respecto al aborto.

Destaquemos que en aquella ocasión, el Obispo puntano animó enfáticamente a los ciudadanos a objetar dicha candidatura, tal como lo permitía la ley vigente, y denunció la designación de Argibay como un avance hacia la legalización del aborto en la Argentina (Vid, entre otros, Notivida 197, 198, 202, 204, 212, 230, 231, 234 y 235).

A continuación volvemos a consignar el texto de la Declaración que Mons. Lona emitiera el 8 de Enero de 2004:


No caben dudas sobre el rechazo de la Iglesia ante el aborto, como
“derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo”.

Hace menos de dos meses –el 15 de noviembre de 2003- los Obispos de la Argentina reunidos en Asamblea Plenaria emitieron una importante declaración sobre la familia, en donde expresaron categóricamente su preocupación por “la existencia de proyectos de ley que pretenden legalizar el horrendo crimen del aborto”.

El aborto voluntariamente procurado es un crimen, porque nadie –ni mujer ni varón- puede tener derecho a darle muerte al niño aun no nacido, el ser humano mas inocente que se pueda imaginar, y tan indefenso que ni siquiera puede llorar implorando por su vida, como recuerda Juan Pablo II. (Evangelio de la vida”, Nº 58).

El aborto no es una decisión sobre el “propio cuerpo”, sino una decisión mortífera sobre el cuerpo de otro ser humano. Los avances de la ciencia moderna han superado cualquier duda al respecto. Desde que en la concepción se unen el óvulo y el espermatozoide, queda constituido el patrimonio genético que define la identidad personal del nuevo ser humano. Nuestra Constitución Nacional afirma el derecho del niño a la vida “desde el momento de su concepción”.

A partir de este fundamento natural y jurídico ¿cómo puede comprenderse la opinión públicamente manifestada por la Dra. Carmen Argibay, favorable al aborto porque corresponde al “derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo”?

Sólo puede comprenderse como una posición personal, que interpreta la misión para la cual ha sido propuesta -integrar la Suprema Corte de Justicia de la Nación- como un mandato moral para modificar la letra o el sentido de la Constitución Nacional, haciendo posible la legalización del aborto en la Argentina.

La definición de la Dra. Argibay ha sido clara y abierta. Y es igualmente clara y abierta la repuesta de la Iglesia católica manifestada por los Obispos argentinos, que en plena comunión con el Papa siguen afirmando: “el aborto no es un derecho humano, sino un horrendo crimen que niega todos los derechos humanos de la víctima inocente”.

Es la hora de los laicos, de los católicos y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad dispuestos a defender el primero de los derechos humanos: el derecho a la vida.


+Mons. Jorge Luis Lona
Obispo de San Luis



Catecismo de la Iglesia Católica en lo que respecta al aborto:

2270. La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida.

2271. Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral.

2272. La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana. ‘Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae’, es decir, ‘de modo que incurre ipso facto en ella quien comete el delito’.

2273. El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida constituye un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación.


Fuente: NOTIVIDA, Año IX, Nº 619, 28 de septiembre de 2009



martes, 22 de septiembre de 2009

Lo más grave del aborto es convertirlo en "derecho de la mujer" - Cardenal Rouco

Lo más grave del aborto es convertirlo en "derecho de la mujer"
Cardenal Rouco Varela


MADRID, 14 Sep. 09 (ACI).- El Arzobispo de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Cardenal Antonio María Rouco Varela, señaló que lo más grave de la nueva ley de aborto es convertir esta práctica infanticida "en un derecho de la mujer".

En declaraciones a la cadena COPE, el Cardenal recordó que en junio pasado la CEE publicó un documento sobre esta nueva norma que se pretende aprobar y explicó que convertir al aborto en un "derecho de la mujer" supone "un cambio cualitativo moral muy grave" y una "relativización profundísima del derecho a la vida".

Asimismo, aseguró que para responder a este anteproyecto hay que utilizar los medios propios del Estado de Derecho.


Cruz JMJ

Al hablar luego del inicio del recorrido de la Cruz de las JMJ, el Cardenal dijo que "la Cruz con la que peregrinan los jóvenes es la que le entregó Juan Pablo II en 1964 cuando él pone en marcha la iniciativa de las Jornadas Mundiales de la Juventud, junto con el icono de la Virgen que después se sumó, portada por los jóvenes católicos del mundo".

El Arzobispo afirmó que como el "mensaje de fondo" desde la celebración de la primera de estas JMJs es la "exaltación de la Cruz. En la Cruz está la salvación". "Que los jóvenes sepan por dónde tienen que caminar para conseguir la plenitud de sus días. El camino de la salvación es el Señor crucificado, gran indicador del futuro y de la gloria del hombre", aseguró.

Al opinar sobre algunos actos de violencia ocurridos en la localidad del Pozuelo el fin de semana, el Cardenal Rouco consideró que "a los jóvenes y al hombre hay que ofrecerle ideales, las grandes fuerzas que le permitan caminar". En este sentido que se trata de ofrecer una fórmula de existencia positiva y de felicidad, "tanto la temporal como la eterna". "Lo que importa es que las generaciones jóvenes de este tiempo se encuentren con Cristo. Ellos son el germen del futuro", agregó.

Al hablar luego de las relaciones con el gobierno socialista de España, el Presidente de la CEE dijo que éstas son "correctas, amables y hasta cordiales", pero quedan aún "cuestiones pendientes" como la polémica asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC).

Finalmente, sobre la nueva Ley de libertad religiosa, el Cardenal Rouco resaltó que "como no conocemos el texto no podemos formular ninguna afirmación".


domingo, 20 de septiembre de 2009

Abogados Católicos rechazan manifestaciones de Argibay sobre aborto

ABOGADOS CATÓLICOS RECHAZAN MANIFESTACIONES DE ARGIBAY SOBRE ABORTO


Entre los días 16 y 17 de septiembre se realizó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un seminario internacional con el título "Avances y asignaturas pendientes en derechos sexuales y reproductivos. El aborto: sus diferentes realidades". La primera jornada se desarrolló en el anexo del Senado de la Nación y la segunda en un hotel céntrico.

El evento fue organizado por el grupo apóstata Católicas por el Derecho a Decidir, una ONG abortista internacional cuya filial argentina tiene sede en Córdoba. Participaron, entre otros, Jefferson Drezett (Director del Servicio de Aborto Legal y Seguro del Hospital Pérola Byington de San Pablo, Brasil); María Consuelo Mejía (Católicas por el Derecho a Decidir, México); Ana Ferrarotti (directora del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable); Marta Alanís (Católicas por el Derecho a Decidir, Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Argentina); Yamilia Balbuena (Casa de la Mujer Azucena Villaflor); Estela Díaz (ADEM); Verónica Marzano (Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto); la activista feminista Alejandra Ciriza (CONICET); la diputada Silvia Augsburger (PS, Sta.Fe), la diputada Juliana Di Tulio (FpV, BsAs), el diputado Juan Sylvestre Begnis (FpV, Sta. Fe), la senadora nacional Marita Perceval (PJ, Mendoza) y María Luisa Storani, diputada electa por la UCR, que se comprometió a impulsar la agenda de género durante los cuatro años de bancada que inicia el próximo 10 de diciembre.

En la inauguración expuso Carmen Argibay, ministra de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que hizo propias las consignas y reclamos de la “Campaña Nacional por el Derecho al Aborto”, concluyendo que frente a un embarazo, “cada mujer tiene que decidir lo que a ella le conviene”. Las declaraciones de Argibay fueron deploradas enfáticamente por la Corporación de Abogados Católicos que además de reiterar que se está promoviendo el asesinato de personas por nacer, advirtió la gravedad de que un miembro del más alto Tribunal de la Nación “arremeta contra preceptos contenidos en Tratados Internacionales, con rango constitucional y en el Código Civil, que amparan la vida humana desde la concepción”.

A continuación la Declaración de la Corporación de Abogados Católicos:

La doctora Carmen Argibay, acaba de hacer una encendida defensa del aborto. Es necesario reiterar que por más eufemismos que se utilicen, el aborto provocado es sencillamente un asesinato, en el que la víctima es la persona por nacer. Su apología se torna mas grave en este caso, por provenir de una Ministro de la Corte Suprema de Justicia. La Dra. Argibay, entre otros argumentos, afirmó que “no es lo mismo la vida antes del nacimiento que después, ya que un feto no puede vivir sin la madre, no es independiente hasta que nace, y que, recién cuando nace, puede ser considerado persona desde el punto de vista jurídico”. Este singular criterio de la Dra. Argibay, además de desconocer el sentido común, ya que la independencia de un niño demandará varios años, arremete contra preceptos contenidos en Tratados Internacionales, con rango constitucional y en el Código Civil, que amparan la vida humana desde la concepción.

La Corporación de Abogados Católicos deplora enfáticamente estas manifestaciones y denuncia el peligro que corre la sociedad, en tanto provienen de un miembro del más alto Tribunal de la Nación.


Alberto Solanet,
Presidente

Guillermina M.C. de Fuschini,
Secretaria

[Tomado de: NOTIVIDA, Año IX, Nº 615, 18 de septiembre de 2009]



miércoles, 16 de septiembre de 2009

Médicos dejan morir a bebé prematuro que nació dos días antes de "merecer" asistencia

Médicos dejan morir a bebé prematuro que nació dos días antes de "merecer" asistencia


LONDRES, 14 Sep. 09 (ACI).- Una madre inglesa vio a su hijo prematuro extremo morir en sus brazos sin asistencia médica alguna debido a que nació con 21 semanas y 5 días de gestación, dos días menos que el mínimo contemplado en los lineamientos sanitarios de Inglaterra.

Los médicos del James Paget Hospital de Norfolk ignoraron las súplicas de Sarah Capewell, quien en octubre del año pasado dio a luz a su hijo Jayden con unos cinco meses de gestación. Los médicos se negaron a asistir al bebé porque le faltaban dos días para cumplir con el requisito establecido en los lineamientos nacionales de la Asociación Británica de Medicina Perinatal, según los cuales debe ofrecerse asistencia solo a los niños que nazcan después de las 22 semanas de gestación.

Capewell declaró al Daily Mail que los médicos que la atendieron en el parto se negaron incluso a mirar al niño, que vivió por casi dos horas sin asistencia médica. El bebé respiraba sin ayuda, tenía fuertes latidos, movía brazos y piernas. Sin embargo, se negaron a trasladarlo a una unidad de cuidados especiales y le dijeron que habrían tratado de salvarlo si nacía dos días después.

"Cuando nació, sacó sus brazos y se impulsó con sus piernas", recordó Capewell y narró que una obstetriz lo describió como un "pequeño luchador".

"Yo llamaba a los doctores pero la obstetriz me dijo que no vendrían a ayudarme y tratara de disfrutar del tiempo con mi hijo", agregó.

Ella arropó a su bebé y le tomó fotos. El niño murió en sus brazos menos de dos horas después de nacer.

Durante el trabajo de parto no le suministraron inyecciones para contener el nacimiento o reforzar los pulmones del bebé, siempre por la misma razón: no tenía 22 semanas de gestación.

Los médicos le pidieron a Capewell, que ya había tenido cinco abortos espontáneos, que tratara este parto como una pérdida y no como un nacimiento. Tras la muerte de su hijo, Capewell sostuvo una fuerte discusión con el hospital por su derecho de recibir certificados de nacimiento y defunción de su hijo, para poder celebrar su funeral.

Dos años antes del nacimiento de Jayden, Amillia Taylor nació en Florida con 21 semanas y seis días de gestación. La niña recibió asistencia médica porque los doctores pensaron que tenía una semana más de edad. La pequeña está por cumplir tres años y se convirtió en la bebé más prematura en sobrevivir.



martes, 25 de agosto de 2009

II Encuentro Nacional de Pastoral de la Drogadependencia

La Iglesia Católica en Argentina prepara un plan pastoral nacional contra la drogadependencia

La Iglesia católica en Argentina, obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, renovó su compromiso con el problema de la drogadependencia al comenzar a delinear un plan pastoral nacional integral para luchar con este flagelo. «La droga es sinónimo de muerte, la Iglesia está a favor de la vida y por esa causa apoya toda iniciativa que ayude a alejar a las personas de la droga y no acuerda con propuestas que tiendan a facilitar el consumo», advirtieron los 85 participantes, profesionales, voluntarios, sacerdotes, religiosos y laicos de 35 diócesis del país, del II Encuentro Nacional de Pastoral de la Drogadependencia, que se realizó este fin de semana en La Falda, Córdoba.


(Zenit/AICA/InfoCatólica) Los participantes consideraron necesario "implementar una política de Estado que dé respuesta integral a esta problemática desde los aspectos jurídicos, sociales, sanitarios, educativos, económicos, etc.".


Tras considerar que urge "redoblar los esfuerzos para combatir las redes mafiosas de los mercaderes de la muerte", recordó, citando a Juan Pablo II, que es la sociedad en su conjunto la que debe involucrarse para conformar "una verdadera red social que de respuestas concretas a esta enfermedad de nuestro tiempo y preserve, sobre todo a los jóvenes, de la esclavitud de la droga".


El responsable de la Comisión Nacional de Acción Pastoral sobre Drogadependencia, de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú, destacó que esta tarea pastoral "se inscribe en el mar de la opción preferencial por los pobres", dado que "los adictos son mal vistos por nuestra sociedad, se los margina. Muchas veces la propia familia los ha dejado de recibir.


"Hay dos actitudes comunes ante ellos: el miedo o la lástima. Ninguna de las dos ayuda al adicto. Jesús nos enseña otra: la cercanía", enfatizó.


La Iglesia y su compromiso


La Conferencia Episcopal Argentina considera este tema como una verdadera urgencia pastoral. Los participantes del encuentro coincidieron con esta apreciación.


Con ese propósito, el equipo de trabajo que se ha conformado en este II Encuentro, identificó cuatro expresiones que sintetizan los deseos, necesidades y preocupaciones de toda la Iglesia: esperanza, aprender, hacer, la red.


En vistas al Programa Nacional, se ha trabajado por equipos que han expresado la necesidad de que la verdadera red social que constituye la Iglesia, promueva en este marco, líneas pastorales que permitan sistematizar las propuestas surgidas de las necesidades de nuestras comunidades en todo el país para dar respuestas armónicas, sin dejar de reclamar la necesidad urgente de una política de Estado integral.


Aspectos legales y despenalización


La Iglesia sostiene que la drogadependencia es una enfermedad vinculada a la persona humana, según se dijo en el encuentro.


El problema de las drogas no esta centrado en la sustancia, el centro es el hombre y sus vínculos.


En ese contexto la Iglesia sostiene que la aproximación al problema debe ser integral, para que las acciones que se implementen tengan en cuenta la característica bio-psico- social y espiritual de la enfermedad.


No es posible atender aspectos parciales del problema porque se corre el riesgo de provocar daños enormes en otros ámbitos vinculados. Ni lo jurídico, ni lo económico, ni lo sanitario, ni ningún otro aspecto particular puede ser analizado individualmente, no es posible dividir la integralidad de la persona humana.


Es necesario implementar una política de Estado que de respuesta integral a esta problemática desde los aspectos jurídicos, sociales, sanitarios, educativos, económicos, etc.


La droga es sinónimo de muerte, la Iglesia está a favor de la Vida y por esa causa apoya toda iniciativa que ayude a alejar a las personas de la droga y no acuerda con propuestas que tiendan a facilitar el consumo.


Es necesario redoblar esfuerzos para combatir las redes mafiosas de los mercaderes de la muerte.


Juan Pablo II decía: "El problema de las drogas es una tarea de todos, cada uno según su responsabilidad". Es entonces la sociedad en su conjunto la que debe involucrarse para conformar una verdadera red social que dé respuestas concretas a esta enfermedad de nuestro tiempo y preserve, sobre todo a los jóvenes, de la esclavitud de la droga.



El problema de las drogas y sus dimensiones


La percepción de los participantes es que las características y magnitud del problema, provocan en los ámbitos eclesiales preocupación y angustia, pero al mismo tiempo el reconocimiento de falta de una adecuada capacitación para enfrentarlo.


Esta percepción se corrobora con el resultado de la Encuesta Nacional recientemente realizada. Esta realidad puede llevar incluso a intentar "tercerizar" la atención del problema de forma tal que se encargue a alguna organización profesionalmente capacitada.


Esto nos debe mover a una urgente creación de espacios apropiados para que orienten a nuestras comunidades en la prevención y asistencia de las adicciones. No puede ser el miedo ni la eventual falta de capacitación lo que no nos permita involucrarnos en esta opción preferencial por los pobres, reclamada y reafirmada por nuestros Pastores desde Aparecida. Porque hoy los adictos son huérfanos de amor y como siempre nuestra comunidad eclesial debe ponerse al servicio de quienes mas lo necesitan.


El problema es de la sociedad toda y la Iglesia esta llamada a Evangelizar la cultura. El desafío es muy grande, pero debemos recordar siempre las palabras de Jesús "no teman" porque el nos dará fuerza suficiente para cumplir la misión.


Así es como seremos verdaderamente "discípulos misioneros" (Aparecida)


Estrategias para implementar el Programa de acción pastoral


• Creación de un espacio diocesano


• Favorecer distintos niveles de participación


• Ajustar el diagnostico de la problemática en la diócesis y de la región


• Identificar los recursos disponibles tanto eclesiales como no eclesiales


• Apoyarse mutuamente con las diócesis de la Región Pastoral. Hacer un link de cada Región


• Apoyarse en los recursos ya existentes en la Comisión Nacional


• Utilizar al máximo posible el vinculo virtual, en particular www.reddevida.org


• Articular con organismos del Estado y la sociedad civil para trabajar juntos esta problemática.


• Priorizar la generación de espacios educativos y preventivos


Capacitación


• Necesidad de una capacitación integral para abordar el problema que contemple:


• Como contener, acompañar y orientar


• Como derivar, como usar los recursos


• Como abordar desde la espiritualidad


• Como generar una capacidad técnico-pastoral para brindar servicios asistenciales


• Como planificar, gestionar e implementar proyectos


• Tener en cuenta los distintos ámbitos: familias, escuelas, parroquias, movimientos, sociedad civil, organismos del Estado, etc.


• Recursos económicos


• Apoyo del obispo diocesano


• Promover espacios de capacitación en los ámbitos universitarios y terciarios de la Región


• Producir y distribuir material de capacitación desde la Comisión Nacional a través de la página web.


• Tener la posibilidad de subir actividades regionales a la página web


Estrategias de motivación


• Que cada Obispo muestre claramente su interés por el tema a través de acciones concretas según el estilo de cada diócesis: Cartas pastorales, boletines, invitaciones, espacios en los que de alguna manera se trate el tema.


• Sondear en cada parroquia a los que se vea con mayores aptitudes y aptitudes e interés por el tema.


• Difundir información vinculada con esta problemática que ayude a la concientización de los distintos ámbitos parroquiales.


• Sostener a los grupos que aun en forma muy sencilla, estén en proceso de creación de una propuesta preventivo-asistencial.


• Acentuar la responsabilidad de los laicos en la asunción de protagonismo en el desarrollo de propuestas parroquiales y diocesanas.


• Vincular con otras expresiones de la sociedad civil que se ocupan del problema o que potencialmente puedan hacerlo: organismos del Estado, municipios, escuelas, ong´s, etc.


• Vincular a expresiones diocesanas y pastorales afines, tales como: Caritas, Pastoral Social, Pastoral de la Salud, Pastoral de la Juventud, Pastoral Carcelaria, Catequesis, Acción Católica Argentina, etc.


Gesto profético


• En oportunidad del 26 de junio, difundir un documento nacional y publicarlo en la web y por todos los medios de comunicación social.


• Motivar a las organizaciones del Estado y la Sociedad Civil, para realizar actividades comunitarias por la vida en esa fecha. (26 de junio)


• Diseñar un distintivo para entrega masiva en los espacios publicaos con el lema "VOS SOS LA VIDA".


• También producir afiches y material de difusión, publicar en la web.


• Coordinar con el Consejo Publicitario Argentino a nivel nacional para coordinar actividades que colaboren con la difusión.


• Organizar un gran evento nacional por la vida, invitando a otras organizaciones a sumarse a la propuesta como resultado de un trabajo en el tiempo que armonice voluntades, comenzar por eventos locales.


• Promover encuentros regionales, para tratar temas que por sus características sean verdaderamente convocantes para las comunidades de la región





jueves, 13 de agosto de 2009

Cultura Gay e Ideología de Género - Juan Antonio Reig Pla

Cultura Gay e Ideología de Género
Mons. Juan Antonio Reig Pla


El siguiente texto es parte de la entrevista concedida por Mons. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Segorbe-Castellón a la revista española Alba. En la entrevista, el Prelado español explica los orígenes de la ideología del género y hace una explicación detallada del fenómeno gay. La entrevista apareció en la edición de febrero de 2005 de la mencionada revista.

Revista Alba.- Recientemente, el Gobierno ha anunciado la entrada en vigor de una nueva ley contra la llamada "Violencia de Género"; hace algunos meses, la Conferencia Episcopal Española fue muy criticada por relacionar el aumento de la violencia doméstica con la revolución sexual. ¿Existe esta relación, y en qué sentido?

Mons. Reig Pla.- Como en todo, pero en estos temas con mayor urgencia, es necesario ser rigurosos con el lenguaje.
Hay que aclarar, en primer lugar, que la violencia doméstica, reducida por algunos a la llamada "violencia de género" hunde sus raíces en la condición humana después del Pecado Original, es decir, en el pecado de soberbia y en la inclinación al mal. Desde luego no hay nada nuevo bajo el sol, como dice la Escritura. Ahora bien, dicho esto, los Obispos de la Conferencia Episcopal Española lo que explicábamos no es que la existencia de la violencia doméstica sea consecuencia de la revolución sexual, como si antes de la década de los 60 del siglo XX no hubiera existido dicha violencia, sino lo que afirmamos es que "el alarmante aumento" de la violencia doméstica tiene relación con la llamada "revolución sexual".
Pero ¿de qué estamos hablando cuando decimos "revolución sexual"? En primer lugar, revolución sexual no es lo mismo que liberación sexual. Dios nos quiere libres en todos los aspectos, también en lo que a la sexualidad se refiere: libres de taras, libres de esclavitudes, libres de parafílias, libres del pecado, libres, por tanto, para amar plenamente, cada cual según su estado: célibes o casados.
Entonces, ¿qué cosa es la "revolución sexual"? La revolución sexual es toda una ideología que concita los peores aspectos del pensamiento marxista y neoliberal radical respecto a la sexualidad, la persona y el matrimonio, que alcanza su máxima expresión pseudocientífica en el fraudulento "Informe Kinsey" de finales de los años 40, el cual tuvo sus derivaciones ideológicas en Wilhelm Reich (1897-1957) y Herbert Marcuse (1898-1979), que invitaban a experimentar todo tipo de situaciones sexuales. También es claro el influjo del existencialismo ateo de Simone de Beauvoir (1908-1986) que anunció ya en 1949 su conocido aforismo: "¡No naces mujer, te hacen mujer!".
Pues bien, en el indicado Informe Kinsey se revindica de modo formal la ruptura del polinomio: "matrimonio-amor-sexualidad (varón y mujer)-procreación".
Primero se postuló la práctica de la sexualidad sin matrimonio: el llamado amor libre. Después, la práctica de la sexualidad sin la apertura al don de los hijos: la anticoncepción y el aborto. Luego la práctica de la sexualidad sin amor: hacer sexo, pornografía, etc. Más tarde la producción de hijos sin relación sexual: la llamada reproducción asistida (fecundación in vitro, etc.). Por último, con el anticipo que significó la cultura unisex, y la incorporación del pensamiento feminista radical, se separó la sexualidad, de la persona: ya no hay varón y mujer; el sexo es un dato anatómico sin relevancia antropológica; el cuerpo ya no habla de la persona, de la complementariedad sexual que expresa la vocación a la donación, de la vocación al amor; cada cual puede elegir configurarse sexualmente como desee: hombre heterosexual, hombre homosexual, mujer heterosexual, mujer homosexual, transexual. Había nacido la "Ideología de Género", cimentada como hemos visto, en la ruptura del bien que significa los conceptos de persona y matrimonio, y, por tanto, en la progresiva debilidad del vínculo conyugal que llevó al aumento de las rupturas matrimoniales y la desintegración física, psíquica y moral de las personas. En este contexto de banalización, hedonismo y relativismo moral es comprensible el "aumento" de la violencia doméstica. De hecho en los países de nuestro entorno cultural donde hay más separaciones y divorcios, es donde más casos de violencia doméstica se dan, en términos proporcionales a la población, mucho más que en España o Polonia, por ejemplo. En efecto, junto a otras causas, los dos factores de mayor riesgo de violencia doméstica son la debilidad del vínculo y el momento de la ruptura entre la pareja o los cónyuges. Ambos factores han aumentado con la llamada "revolución sexual".

Revista Alba.- El Partido Socialista de Cataluña (PSC) prepara un documento en el que acusa a los representantes de la Iglesia Católica de "insultar, atacar gravemente e incitar a la discriminación y a la violencia contra el colectivo homosexual" al rechazar el matrimonio homosexual y reiterar el carácter inmoral de las relaciones entre personas del mismo sexo. ¿Es esto así? ¿En qué basa la Iglesia su oposición al matrimonio civil entre personas del mismo sexo?

Mons. Reig Pla.- Como digo la precisión terminológica es importantísima. Aunque signifique un preámbulo algo extenso para responder a la primera pregunta se hace necesario distinguir a la perfección entre SIETE conceptos distintos, a saber:
1) Las personas con inclinación homosexual. 2) La inclinación homosexual propiamente dicha. 3) Las prácticas homosexuales. 4) El lobby gay. 5) El homosexualismo político. 6) La cultura gay. 7) la llamada "teología gay".

1) Las personas con inclinación homosexual "deben ser acogidas con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta" (Cat. Igl. Cat. n. 2358), es decir, hay que respetarlas, ayudarlas y apreciarlas como a hijos de Dios que son. Su inclinación homosexual no les resta ni un ápice de su inalienable dignidad de personas.

2) Otra cosa bien distinta es la inclinación homosexual que algunas personas sienten. La Iglesia afirma, a la luz de las evidencias antropológicas (sin excluir, incluso, las anatómicas) que esta inclinación es "objetivamente desordenada" (Cat. Igl. Cat. nº 2358). Con todo, hay que aclarar que la sola inclinación homosexual, aunque objetivamente desordenada, no constituye materia de pecado. Hay que prestar ayuda psicológica y espiritual a las personas con esta inclinación que lo soliciten. Multitud de psicólogos y psiquiatras afirman, por experiencia propia, que la inclinación homosexual se puede curar.

3) Otra cuestión también distinta, pues ya se trata de materia grave de pecado, son los actos homosexuales. La Iglesia enseña a la luz de la Palabra de Dios que se trata de "depravaciones graves"; "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Son contrarios a la ley natural. (...) No pueden recibir aprobación en ningún caso" (Cat. Igl. Cat. n. 2357).

4) Algunos homosexuales, una minoría, sin duda, se organizan en distintas asociaciones que coordinadas entre ellas constituyen verdaderos grupos de presión social, mediática y política, es el llamado lobby gay. La presión del lobby homosexual, su poder fáctico, se extiende por doquier. En España estamos sufriendo, cada vez más, las consecuencias de esta perversa ideología. Se refleja en el talante de nuestros gobernantes y en las reformas legislativas que pretenden aprobar en contra del matrimonio, la familia, la educación, el aborto, etc.

5) El homosexualismo político, junto con la pertinente estrategia mediática, constituye hoy en día una de las herramientas fundamentales de presión del lobby gay. Se trata de toda una estrategia política para convencer a los partidos políticos de todo signo de la rentabilidad electoral y, por tanto, política de hacer guiños y concesiones legislativas al lobby homosexual. Desde la caída del Muro de Berlín, con todo lo que el desmoronamiento de la URSS significó, resulta curiosa la deriva que los llamados grupos de izquierdas han realizado, "del rojo (marxismo) al verde (ecologismo) -en un primer periodo-, y ahora del verde al rosa (homosexualismo)"; con todo, es también cierto que los partidos de centro-derecha no se han visto libres de este mismo giro "cromático". El homosexualismo político pretende cambiar la sociedad, nuestra cultura, más aún, nuestra civilización, a través de cambios legislativos que redefinan las evidencias antropológicas. Todos estamos de acuerdo que debe ser ilegal faltar a la dignidad de las personas independientemente de sus inclinaciones; sin embargo, el lobby gay a través del homosexualismo político, va mucho más allá: desean que se hagan los cambios legislativos necesarios para poner fuera de la ley, encarcelar en su caso y privar de todos los derechos civiles, a quienes afirmamos que los actos homosexuales constituyen una "grave depravación" (Cat. Igl. Cat. n. 2357). Juegan, además, a confundir con las palabras. El diccionario define la "Homofobia" como "aversión obsesiva hacia las personas homosexuales", ¡ojo! hacia las personas, nada dice el diccionario en esta definición de la inclinación homosexual ni de los actos homosexuales; sin embargo, este lobby acusa de homofobia a quienes, respetando a las personas, no compartimos sus opiniones respecto a la inclinación y los actos homosexuales. Sin duda toda una estrategia mediática. Manipula el lenguaje, confunde y calumnia que algo queda.

6) La así llamada cultura gay es el fin último al que desea llevarnos el lobby gay. Una civilización gay donde sea "natural" y universalmente aceptada y practicada la homosexualidad o, al menos, la bisexualidad. Claro está, si la homosexualidad es tan natural y aceptada como la heterosexualidad, la lógica política es implacable: hay que propiciar legislativamente que se explique a los niños en los colegios que la homosexualidad es "natural" y por lo tanto, cuando en ciencias naturales se explique a los niños y niñas los detalles anatómicos y fisiológicos de la sexualidad heterosexual humana: el aparato genital masculino y femenino, la cópula, la fecundación, el parto, etc. habrá que explicar, también, la anatomía, la fisiología y los procedimientos mecánicos necesarios de las prácticas homosexuales (la sodomía, etc., etc.). Por último, como las relaciones homosexuales son radicalmente estériles habrá que propiciar legalmente la adopción de niños por homosexuales y generalizar las técnicas de producción artificial de seres humanos financiadas, naturalmente, por el Estado.

7) El lobby gay infiltrado en todas las confesiones cristianas, y también en la Iglesia Católica, ha elaborado sistemáticamente todo un cuerpo doctrinal absolutamente herético llamado teología gay. Esta teología, rayando lo blasfemo, no sólo quiere justificar las relaciones homosexuales, sino que afirma de ellas que responden a la verdad, el bien y la belleza de la persona, constituyendo, según ellos un auténtico don de Dios. El objetivo de este desarrollo doctrinal es triple: intentar seducir a algunos, dividir a los católicos y desprestigiar a los pastores difundiendo estas ideas en los medios de comunicación.

Así pues, y volviendo al principio, la Iglesia ama y respeta a todas las personas también las que sienten inclinación homosexual. La Iglesia y sus representantes "ni insultan, ni atacan, ni incitan a la discriminación y a la violencia contra el colectivo homosexual", pero, con todo, la Iglesia no puede aceptar como buenos la inclinación homosexual propiamente dicha, los actos homosexuales, el lobby gay, la cultura gay, el homosexualismo político y la teología gay. Por cierto, lo mismo sucede respecto a quienes tienen otras inclinaciones sexuales parafílicas (sadomasoquistas, fetichistas, etc.): la Iglesia ama y respeta a estas personas, pero no puede aceptar como buenas estas inclinaciones parafílicas ni las prácticas sexuales correspondientes.
Respecto a la pregunta de en qué basa la Iglesia su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo, debo decir que los argumentos son de diverso orden. Desde el punto de vista del Derecho, el Consejo de Estado y el Consejo General del Poder Judicial, han emitido sendos informes, de una contundencia rotunda, oponiéndose radicalmente a que se apruebe legalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo. Muchos de los argumentos de los que allí se exponen pueden ser asumidos perfectamente por la Iglesia. Desde el punto de vista del lenguaje la Real Academia de la Lengua Española también se ha pronunciado en el sentido de que la palabra matrimonio que significa la "unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales" no puede ser usada para definir otras eventuales uniones, pues ello, desde luego, corrompería el sentido del término y llevaría a confusión. También este argumento puede ser asumido sin ningún problema por la Iglesia.
Pero, además, la Iglesia, a la luz de la verdad natural y revelada sobre la persona enseña que sólo la diversidad sexual que se da entre un varón y una mujer permite la natural complementariedad sexual y el posible don de una vida nueva. Asumiendo el riesgo de resultar demasiado explícito, hay que afirmar que ningún de estos dos aspectos indicados se dan en las uniones del mismo sexo: son uniones intrínsecamente estériles, y el aparente aspecto unitivo de su sexualidad se realiza a costa de forzar estructuras anatómicas y simular actividades fisiológicas naturales, sin excluir, por cierto, la utilización de los más diversos productos químicos y artilugios mecánicos. Todo esto hace imposible, ontológicamente, tratar como igual lo que no lo es: Una cosa es el matrimonio y otra las uniones de personas del mismo sexo.


Mons. Juan Antonio Reig Pla es Obispo de Segorbe-Castellón, Presidente de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida, Vicepresidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, Miembro de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe y Decano del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el Matrimonio y la Familia, dependiente de la Pontificia Universidad Lateranense de Roma.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...