viernes, 12 de noviembre de 2010

Mons. Aguer llamó a los universitarios a cristianizar la cultura

Mons. Aguer llamó a los universitarios a cristianizar la cultura


La Plata (Buenos Aires), 11 Nov. 10 (AICA).- “Cuando la cultura se descristianiza, la sociedad queda a merced de las fuerzas disolventes desencadenadas por las ideologías; la predicación de la fe parece perderse en el desierto de la indiferencia, cuando su voz es sofocada por el coro desentonado de la hostilidad anticristiana, y se acelera la deshumanización del hombre y de sus articulaciones familiares y sociales”. Así lo expresó monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata y presidente de la Comisión Episcopal de Educación, en la homilía de la misa celebrada en el Colegio San José, de La Plata, con la que concluyó el V Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos (ENDUC) que se realizó del 5 al 7 de noviembre en esta ciudad.

El prelado advirtió que “en la actualidad se registra una tendencia alarmante” del Estado que “en algunas de sus estructuras, en algunos de sus representantes, parece deslizarse de la neutralidad a la persecución”. Y sostiene que esta tendencia se da también “en la Argentina de hoy”, donde “en nombre de la neutralidad del Estado, como un reciclaje del viejo laicismo, se propone suprimir los signos sagrados del cristianismo de los lugares públicos y en nombre de la no discriminación se intenta prohibir que proclamemos abiertamente verdades fundamentales del orden natural que, esclarecidas por la Revelación, integran el patrimonio de la doctrina católica. En las universidades nacionales hay plena libertad para transmitir ideologías subversivas y para burlarse del cristianismo, pero el católico debe ocultar pudorosamente su convicción de la verdad, so pena de ser marginado y perseguido”.

El pastor platense recordó que “durante el debate parlamentario que acabó en la sanción de la ley inicua de alteración del matrimonio, algunos legisladores que se consideran católicos se plegaron cobardemente a la iniquidad y otros desfogaron sin tapujos su odio anticatólico” y consideró como uno de los problemas más graves de la Argentina el de la ausencia de los católicos “en la vida pública y en aquellos centros donde se gestan las nuevas vigencias culturales, que van reemplazando lo que resta de humanismo cristiano por los paradigmas devastadores del Nuevo Orden Mundial”.


En este contexto indicó que “a los católicos empeñados en política –quizá haya unos pocos–, a todo ciudadano católico –habría que decir– a los universitarios y profesionales, a los hombres y mujeres de la cultura, corresponde sostener con lucidez y valentía, iluminados por la Verdad e impulsados por la Caridad, los principios no negociables de los que depende el futuro de la sociedad argentina. Ellos deben ejercer y reclamar el derecho que asiste a la religión católica, en razón de su verdad intrínseca y de su peso en la tradición nacional, a una serena presencia en todos los ámbitos de la vida pública, al servicio de la justicia, de la concordia, de la solidaridad”.

“Sería inconcebible -enfatizó- que en nombre de la neutralidad religiosa del Estado –una postura contradictoria y en realidad antirreligiosa– se cohíba la libertad de los católicos”, y añadió: “Si se desplaza la fe religiosa del espacio público, éste se empobrece y la razón política pierde la referencia a aquellos principios éticos absolutos que marcan sus propios límites y le permiten ejercitar su competencia y cumplir con sus fines en el ordenamiento de la sociedad”.

En cuanto a los laicos, manifestó que deben hacer presentes los principios de “la defensa de la vida desde la concepción hasta su fin natural”, de “la protección y valoración de la familia fundada sobre la unión estable del varón y la mujer –que eso es el matrimonio–“, y de “la libertad de las familias para educar a sus hijos según sus convicciones religiosas y morales, aun y sobre todo en la escuela estatal; la reforma del Estado en vista del bien común, de la primacía del trabajo y de la lucha contra la pobreza”. Además, aseguró que “la doctrina social de la Iglesia espera todavía ser conocida en su integridad y aplicada, con la ayuda de las mediaciones técnicas necesarias, a través de programas concretos que puedan ser definidos y ejecutados por las autoridades públicas”.

Al referirse particularmente al aporte de los universitarios católicos, explicó que no se reduce “al terreno político y social sino que se extiende a todo el campo de la cultura” y explicó que “ya sea en nuestras propias instituciones, ya en otros espacios académicos, ellos pueden brindar una colaboración específica al avance de la ciencia y al desarrollo tecnológico. La razón iluminada por la fe ayuda a la investigación científica a no clausurarse en los límites del cientificismo positivista, para descubrir la continuidad real del conocimiento y reconocer la dimensión metafísica de la realidad y sus consecuencias éticas”.


El ENDUC

El V Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos (ENDUC) fue convocado por la Comisión Episcopal de Pastoral Universitaria.

El lema que guió las actividades fue: "Habitar la Patria. Los caminos del bicentenario", y el sublema: "Vivir para la patria también pertenece al ejercicio de la virtud".


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