Del filicidio al aborto: la ruina de la sociedad
La Plata (Buenos Aires), 11 Oct. 10 (AICA).- El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, lamentó la “notable ligereza” de los legisladores para dar sanción de Diputados al proyecto de ley del filicidio, y advirtió sobre “la imprecisión en la que queda formulada la medida legal”.
En su reflexión semanal por televisión, el prelado platense explicó que del proyecto se desprende que “si una mujer mata a su hijo, poco tiempo después del parto –se admite que el período del puerperio no es fácil de determinar– hay que presumir que lo ha hecho porque ha sufrido un desequilibrio que obnubiló su capacidad de elegir correctamente. Entonces se le aplica una pena que va de los 6 meses a los 3 años, con lo cual se convierte esto en un delito excarcelable”.
Tras recordar que “en el Código Penal hasta el presente se trataba de un homicidio agravado por vínculo”, consideró que “lo que hay que decir en buen romance es que con esta decisión se desprecia la vida del neonato. Más allá de lo que se pueda opinar sobre la graduación de la pena, lo que significa esto es el menosprecio de la vida del niño recién nacido”.
El arzobispo asoció este hecho a la posibilidad “inminente, por lo menos en la intención de muchos legisladores” de legalizar el aborto.
"Entonces: ¿qué diferencia hay entre matar a un niño recién nacido y matar a un niño por nacer?", preguntó.
Monseñor Aguer opinó que “es penoso comprobar que la mayor parte de los impulsores de estos proyectos de ley son mujeres. Esto resulta aterrador, y muestra el estrago intelectual y moral que produce la ideología del feminismo extremo”.
“Se puede observar también -indicó- que las mujeres que profesan esa ideología no quieren ni oír hablar del niño por nacer. Esa expresión, que es hoy día aceptada comúnmente y que aparece en documentos jurídicos indiscutibles, les causa escozor”.
El prelado platense sostuvo que “estos proyectos que se van convirtiendo en ley, poco a poco van alterando los paradigmas en la sociedad argentina, porque cuando la ley autoriza una conducta o no la considera tan grave y está disminuyendo la pena correspondiente, en el fondo se está favoreciendo la comisión del delito”.
“Aquí se juegan cuestiones fundamentales del orden social ante las cuales cobra protagonismo una especie de ‘transversalidad feminista’ que se encuentra en los cuerpos legislativos. ¿Cómo es posible que medidas antihumanas y antijurídicas se intenten en nombre del derecho de la mujer? En realidad desfeminizan a la mujer, le arrebatan aquello que tiene como característica irremplazable, única, que es su capacidad de dar vida, de acoger la vida, de defender la vida”, estimó.
Asimismo, alertó que “poco a poco, se intenta cambiar la mentalidad de la sociedad argentina; eso es lo que se procura: un cambio cultural respaldado por la ley, en contra de los valores fundamentales de la condición humana”.
“Sobre esto tenemos que estar advertidos. Creo que todo ciudadano tiene el derecho y el deber de manifestarse contra estos atropellos que en el fondo niegan las características fundamentales de la naturaleza humana. No se quiere reconocer que la persona tiene una naturaleza y que al obrar contra ella entra en un camino de autodestrucción. El cambio cultural apunta a deformar los principios fundamentales del orden social cuando altera las nociones básicas de libertad, justicia y derecho, sobre los cuales se funda la vida de una sociedad verdaderamente humana”, concluyó.
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