Multitudinario reclamo en defensa del matrimonio y la familia
Buenos Aires, 14 Jul. 10 (AICA).- Una multitud, estimada en 200 mil personas, provenientes de distintos puntos del país se congregó esta tarde frente al Congreso de la Nación para manifestar públicamente su postura a favor del matrimonio entre un varón y una mujer y la defensa de la familia, célula constitutiva de la sociedad, frente a los intentos por legalizar el “matrimonio gay” y la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, por medio del proyecto de reforma del Código Civil que será tratado mañana en el Senado, luego de haber sido aprobado por la cámara baja.
El acto, convocado por el Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina (DEPLAI), junto con agrupaciones de otros credos y de la sociedad civil, tuvo carácter pacífico y contó entre otras cosas con números artísticos y proyección de videos. También se leyó un poema del abogado, poeta y escritor Juan Luis Gallardo titulado “Criatura que nacerás”.
Los organizadores destacaron el carácter pacífico de la manifestación ciudadana. Sólo hubo consignas positivas en favor del matrimonio varón-mujer, banderas argentinas, y una leyenda común: "Salvemos a la familia". El color naranja identificó a los manifestantes, en su mayoría familias con hijos, estudiantes y representantes de movimientos eclesiásticos.
Uno de los momentos culminantes fue el ingreso a la plaza de la bandera nacional de 200 metros traída especialmente desde Rosario, al grito de "¡Argentina, Argentina!".
El acto se inició a las 18.30 y, luego de las actuaciones del músico católico Daniel Poli y del grupo “Los Colorados”, y de la proyección de videos en los que se mostraban las marchas realizadas con el mismo fin en distintos lugares del interior del país, se leyó un “Manifiesto por el matrimonio y el derecho prioritario de los niños”.
A continuación se leyó una carta de adhesión del arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio, y de los representantes de la Alianza Cristiana Evangélica de la Republica Argentina (ACIERA) y de la Federación Confraternidad Evangélica Pentecostal (FECEP).
En ese texto, firmado por sus presidentes pastores Rubén Proietti y Rubén Salomone, advirtieron que los senadores que mañana votarán en favor del "matrimonio" homosexual lo harán "presionados" por "la bandería política", y compararon esta situación con "las candidaturas testimoniales" presentadas en las elecciones legislativas de 2009.
"¿Por qué esa intolerancia? ¿Por qué ese avasallar de las minorías sobre las mayorías?", preguntaron.
Ningún movimiento cultural puede desconocer una verdad esencial
La lectura del manifiesto estuvo a cargo de Justo Carbajales, en representación del DEPLAI, y de Gastón Bruno, en representación de ACIERA y FECEP.
Tras manifestar la convicción de que “el matrimonio es una institución esencial para nuestra sociedad, que constituye la estructura básica sobre la que ésta se constituye”, el Manifiesto subraya la “responsabilidad fundamental de nuestros representantes políticos de protegerla e impulsarla; preservarla legalmente tal como es, la unión entre una mujer y un hombre en orden a la ayuda mutua, a la procreación, a la realización y felicidad de los que lo componen, al goce de la vida en su plenitud y la educación de los hijos”.
Asimismo, los representantes cristianos reclaman “que el sentido común vuelva a estar en el debate sobre el matrimonio” y reafirman que “el llamar a las cosas por su nombre no es discriminar sino distinguir realidades diferentes”.
“Somos seres sexuados -afirma el texto-, genéticamente determinados como mujeres y varones y biológicamente para procrearnos necesitamos de la unión de un gameto masculino y uno femenino. Ningún movimiento cultural puede desconocer esta verdad esencial”. Y agrega: “Desde esta evidencia de diferencia y complementariedad, es natural llamar al ‘varón’, varón y a la ‘mujer’, mujer y no resulta discriminatorio que las mujeres tengan beneficios sociales y laborales por el embarazo y los hombres no. También corresponde decir que la institución matrimonial está fundada en la unión entre varón y mujer, (como lo señala toda la legislación nacional preexistente) y que las uniones homosexuales son diferentes en su constitución y por lo tanto no son matrimonio”.
Reclaman asimismo “el derecho prioritario de las niñas y niños a tener mamá y papá” porque “la diferencia sexual de los progenitores no es una cuestión arbitraria de la ley” sino que “en ella se posa nada menos que la estructura psíquica de los chicos; la aceptación del padre, la separación de la madre y en consecuencia la posibilidad de entender al otro”.
Que el Estado encare el verdadero problema de la adopción
En cuanto a la posibilidad de permitir a las parejas homosexuales la adopción de niños, el texto expresa: “Nos duelen los miles de chicos sin familia en nuestra Patria, por esos reclamamos que el Estado encare el verdadero problema de la adopción en la Argentina y que por lo tanto facilite y acelere responsablemente los procesos de adopción para que los miles de chicos abandonados y los miles de matrimonios que desean darles una familia con amor no tengan que sufrir años de espera y calvario burocrático que los llevan a la desesperación”.
Un maravilloso proceso de diálogo democrático
Por otro lado, se destaca el “maravilloso proceso de diálogo democrático” que “sobre el tema se ha producido en todo el país en el último mes”, por lo que se agradece “a la Comisión de Legislación General del Senado y a su presidenta, la senadora Liliana Negre de Alonso, por haber federalizado la discusión y llevado a la Comisión a escuchar las voces de los ciudadanos de las provincias” en las que, “sin excepción, se han manifestado en las calles, en forma pacífica y positiva, miles de compatriotas a favor del matrimonio tal como es entre varón y mujer y por el derecho de los chicos argentinos a tener mamá y papá”.
“El resultado ha sido abrumador a favor de preservar la institución matrimonial. Por ello reclamamos a nuestros senadores que respeten el deseo de sus pueblos claramente expresado y confiamos en la responsabilidad de los representantes de las provincias en el Parlamento”, declara el texto, al tiempo que advierte que “esta confianza de los ciudadanos debe ser responsable y comprometida con la defensa de valores esenciales para nuestra Nación como son”: “la protección y promoción del Matrimonio entre una mujer y un hombre en orden a la ayuda mutua y a la procreación y educación de los hijos”, “la dignidad y cuidado de la Vida Humana desde el momento de la concepción hasta la muerte natural”, “la Inclusión social de todos los habitantes de nuestra querida Patria y la erradicación de la pobreza” y “la Educación y el Trabajo digno para todos”.
Rechazamos el apriete, las chicanas, las presiones
Subrayan asimismo “la importancia de la participación ciudadana” para “dejar de ser simples habitantes para ser ciudadanos comprometidos con lo público”.
En ese sentido se afirma: “Debemos dejar de tener una democracia simplemente delegativa, donde votamos cada dos años y luego algunos quieren promulgar leyes pésimas sin consultarnos y sin importarles el daño que hacen a los valores básicos de nuestra Patria. Debemos tener una democracia participativa, donde nuestra opinión esté presente siempre en el tratamiento de temas cruciales como es éste”.
“Para evitar que nuestra democracia sea degradada es que rechazamos el apriete, las chicanas, las presiones violentando las conciencias de muchos senadores que han ejercido algunos sectores del oficialismo. También denunciamos públicamente el viaje a China de varios senadores impulsado por el gobierno con el sólo fin de ausentarlos de la sesión de mañana”. Y reclaman “la presencia mañana de todos los senadores para que cumplan con su responsabilidad de representar a los ciudadanos de sus provincias y votar en consecuencia”.
Por último, el manifiesto recuerda que los ciudadanos apoyarán con su voto a los políticos “que protejan el matrimonio entre varón y mujer y rechacen el proyecto de ley de matrimonio de personas del mismo sexo”, y no votarán a los que así lo hagan, o a “aquellos que no defiendan la vida humana o que hagan clientelismo con nuestros hermanos pobres”.
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